FEDERICO WHEELER
Si me aman, obedezcan mis mandamientos. Juan 14:15.
La pequeña iglesia blanca en Washington, New Hampshire, estaba más silenciosa que nunca. Este era el domingo de Comunión. Federico Wheeler, ministro metodista, predicaba el sermón de la mañana.
La Sra. Raquel Oaks, recién llegada del Estado de Nueva York, estaba sentada junto a su hija Delight, maestra de la escuelita local. Debió de haberse sentido fuera de lugar, puesto que adoraba a Dios entre extraños y en domingo. Pertenecía a la Iglesia Bautista del Séptimo Día, que profesa guardar el sábado como día de reposo.
-Examínese a sí mismo -decía el pastor Wheeler-. Todo aquel que participe del rito de humildad y de la Santa Cena esta mañana, debiera estar preparado para obedecer todos los Mandamientos de Dios.
La Sra. Oaks se sintió tentada a ponerse de pie y decirle al pastor Wheeler: “Entonces usted debiera hacer a un lado la mesa y cubrirla nuevamente con el mantel, hasta que esté dispuesto a guardar los Mandamientos de Dios”. Se alegró, sin embargo, cuando el pastor la visitó esa semana. Entonces tuvo la oportunidad de decir lo que pensaba.
-¿Se acuerda, pastor Wheeler, lo que predicó el domingo pasado a la hora de la Santa Cena?
-Claro que sí. Prediqué acerca de los Diez Mandamientos.
-Estoy de acuerdo en todo lo que dijo, pero me pregunto cómo será que puede predicar así, cuando usted mismo quebranta uno de ellos. Estuve a punto de ponerme de pie y decírselo en público.
-¡Vaya! Me alegro que no lo hiciera, hermana Oaks -le respondió el pastor, sonriendo-. Ahora, dígame por qué piensa así.
La señora Oaks fue al grano:
-El cuarto Mandamiento dice que se debe guardar el sábado como día de reposo; sin embargo, usted guarda el domingo, primer día de la semana, noel séptimo.
-Gracias, Sra. Oaks. Me ha dicho algo en lo cual debo pensar. Le prometo que investigaré el asunto.
El pastor cumplió su promesa y descubrió que la Sra. Oaks tenía razón. Semanas más tarde guardó por primera vez el sábado, convirtiéndose así en el primer adventista que guardó el sábado.
¿Crees que Dios todavía espera que guardemos el sábado? ¿Por qué?