LA DISCRECIÓN NO SIRVE DE NADA
“Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria” (Sal. 72:24).
Hace unos días, al abrir la puerta del garaje me di cuenta de que el neumático delantero izquierdo de mi auto necesitaba aire. Inmediatamente me dirigí a una estación de servicio. Mientras me acercaba a la bomba, un trabajador me preguntó si necesitaba aire. Cuando le dije que sí, procedió a retirar la tubería de su soporte y caminó hacia el neumático delantero derecho.
-Siempre pongo 28 libras en la rueda delantera y treinta en la de atrás-le expliqué. -Esta bomba no tiene calibrador-dijo- Tengo que usar mi “discreción”. Bombeó un poco de aire en cada uno de los neumáticos delanteros. Le di las gracias y se marchó. Pero de alguna manera, yo no podía dejar de pensar en lo que había dicho: “Tengo que usar mi discreción”.
Aunque es aceptable usar la discreción en muchos aspectos de la vida, hay uno en el que puede ser peligroso hacerlo: en todo lo relacionado con mi salvación. No puedo usar la “discreción” humana para dirigir mi vida. Dios me ha dado su Palabra para guiar mi vida espiritual, y debo seguir el plan que él ha provisto.
Mientras hacía mi trabajo durante esa semana, no podía dejar de pensar en mis neumáticos. Hice varios intentos de que me marcaran la presión del aire, pero cada vez que trataba de localizar una bomba de aire que funcionara, no tenía éxito. Por último, en mi desesperación, oré a Dios mientras iba camino a casa la noche del viernes: “Querido Señor, necesito comprobar la presión de aire de los neumáticos. Por favor, ayúdame a encontrar una bomba que funcione”. De repente, me di cuenta de que me acercaba a una estación de servicio. Instintivamente me detuve, y me sentí aliviada al encontrar una bomba que funcionaba; y un asistente que fue capaz de revisar la presión y ajustarla a la cantidad adecuada. /Qué Dios tan maravilloso!, pensé. Él respondió a tiempo a mi oración. ¡V qué diferencia marcó ese ajuste, mientras conducía a casa!
Cuando seguimos las pautas que Dios nos ha dado en su Palabra, encontramos que nuestras vidas tienen sentido. Seremos cariñosas, amables, comprensivas, pacientes y perdonadoras. Evitaremos muchas trampas. No podemos usar la discreción humana solamente, para tratar de conocer la voluntad de Dios. La Biblia debe ser nuestra guía. Que Dios nos ayude a ser firmes en nuestra determinación de consultarlo a él diariamente, con respecto a la dirección que nuestra vida debe tomar.
CaroI Joy Fider