«YO TE RESPONDERÉ»
«Llámame y te responderé, y te anunciaré cosas grandes y misteriosas que tú ignoras». Jeremías 33: 3
EL TEXTO DE HOY presenta una promesa extraordinaria. Esta cobró gran significado en mi vida y ministerio mientras me desempeñaba como director de Jóvenes y Vida Familiar de la División Interamericana. Después de trazar los primeros planes para la organización del Tercer Congreso Interamericano de Jóvenes, que se celebraría del 4 al 7 de agosto de 1993, percibí que ese era un desafío demasiado grande para mí.
Cuando se tomó el primer acuerdo oficial para realizar ese histórico evento juvenil, me di cuenta de que no estaba preparado y que era una aventura inmensa y desconocida para mí. Temblé al pensar en los múltiples desafíos que me esperaban en términos de logística y organización. Pensé que debía contactar a los directores de los dos congresos anteriores para buscar su consejo -los pastores David Bach y Clayton Henríquez—, pero me enteré de que ambos habían muerto. Ante esa circunstancia resonó en mi mente la preciosa promesa revelada a Jeremías: «Llámame y te responderé».
Decidí llamar a Dios y él cumplió su promesa de responderme. La actividad se realizó exitosamente: 1) Asistieron cerca de seis mil delegados de los treinta y cuatro países de Interamérica. 2) El sábado asistieron cerca de nueve mil personas al Centro Internacional de Convenciones Atlapa en la ciudad de Panamá. 3) Los veintiséis mejores hoteles de la ciudad estuvieron repletos de jóvenes adventistas. 4) Además se puso en marcha un programa de evangelismo juvenil llamado Maranata 30,000, en el que hubo treinta mil campañas juveniles y otros proyectos misioneros en todo Interamérica. Como resultado, 41,984 personas fueron bautizadas y reportadas en el Congreso. 5) La actividad
incluyó la investidura de 1,157 nuevos líderes de jóvenes, que constituyó un récord mundial por haber sido la mayor investidura hasta la fecha. 6) La actividad incluyó también la dedicación y develación de las tablas de la ley de Dios en el parque Andrés Bello de Panamá.
Por todo eso y mucho más doy la honra y la gloria a Dios, pues él cumplió su promesa: «Llámame y te responderé, y te anunciaré cosas grandes y misteriosas que tú ignoras» (Jeremías 33: 3).
Alfredo García-Marenko