Miercoles 13 de Mayo – MAURICE RICHARD – Devocion Matutina Jóvenes

MAURICE RICHARD

No deban nada a nadie, excepto el deber de amarse unos a otros. Si aman a su prójimo, cumplen con las exigencias de la ley de Dios. Romanos 13:8.

Jacques Fontaine no solo creía poder pagar sus deudas, sino también encontró una manera muy original de hacerlo.

Era un entrenador de hockey juvenil con catorce años de experiencia, que residía en los suburbios de Montreal. En cierta ocasión, escribió al equipo profesional Canadienses, de la Liga Nacional de Hockey:

-¿Nos podrían enviar un poco de dinero para ayudar a abastecer a nuestro club con un equipo de hockey?

-Tenemos mucho equipo usado almacenado en las bodegas, que ya no necesitamos -comentó el entrenador del equipo profesional después de haber leído la carta- Se lo podríamos enviar a esos muchachos.

-Muchísimas gracias -le respondió Jacques Fontaine-, nunca olvidaremos lo que han hecho por nosotros. Les prometo que en cinco años se los pagaré enviándoles un buen jugador de hockey.

El gerente de los Canadienses sonrió al compartir la carta con los demás en la oficina. La promesa de Fontaine fue archivada y olvidada muy pronto.

Cinco años más tarde, en 1941, un joven delgado y alto de veinte años de edad tocó a la puerta de las oficinas de los Canadienses en Montreal.

-Soy Maurlce Richard -se presentó el joven-. Me envió Jacques Fontaine.

-¿Para qué? -preguntó el gerente de los Canadienses un tanto Intrigado. -Para jugar hockey, por supuesto.

-Es que no conozco a ningún Jacques Fontaine… -insistió el gerente. -¿Se acuerda del club de niños que ayudaron a equipar hace cinco años? Jacques le prometió entonces que le pagaría enviándole un buen jugador. ¡Pues… aquí estoy!

-¡No lo puedo creer! -dijo el gerente- Nunca esperamos que cumpliera su promesa. De todas maneras, ya que estás aquí, veamos qué puedes hacer.

Maurice Richard no solo fue un buen jugador, sino además uno de los mejores de todos los tiempos.

¿A quiénes les debes? ¿Alguien te ha hecho un gran favor? ¿Qué puedes hacer para corresponder a su bondad? Tal vez no tengas dinero para hacerlo, pero hay muchas maneras de ser agradecido. ¿Por qué no dedicas unos momentos ahora para hacer una lista de las “deudas” que tienes?

Radio Adventista

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