ARQUÍMEDES
Alégrense conmigo porque encontré mi oveja perdida. Lucas 15:6.
Hay un problema que no puedo resolver -le confesó Hiero, rey de Sicilia, a Arquímedes-. Pero estoy seguro de que tú podrás encontrar la respuesta. Después de ver cómo arrastraste un barco al mar sin otra ayuda que tus poleas, estoy convencido de que puedes hacer cualquier cosa que te propongas.
-¿En qué lo puedo servir, su majestad? -contestó Arquímides, agradecido por el cumplido del rey.
-Mandé hacer una corona con un orfebre, a quien le di cierta cantidad de oro. Sospecho que me ha robado, mezclando plata con el oro. ¿Cómo podría saberlo sin destruir la corona?
-Concédame un poco de tiempo y encontraré la solución -le prometió Arquímedes. Sin embargo, se retiró un tanto preocupado. Sabía muy bien que la plata era más liviana que el oro. Si le hubieran agregado plata a la corona, tendría más volumen. El problema consistía en calcular el volumen de la corona sin derretirla.
Como no se le ocurría nada para aclarar el dilema, se dirigió a los baños públicos. Entró lenta y cuidadosamente en una de las bañeras. Al hacerlo, notó que el agua se derramaba. Inmediatamente se dio cuenta que su cuerpo era el que empujaba el agua fuera de la bañera. El volumen del agua que salía debía ser igual al volumen del cuerpo que ocupaba el mismo espacio físico.
“Lo único que debo hacer es suspender la corona en el agua -se decía emocionado Arquímedes-, Tomaré una vasija y la llenaré de agua. Introduciré en ella la corona, recogiendo toda el agua que se tire al meterla y mediré su volumen. Luego tomaré un volumen similar en oro y compararé el peso del oro puro con el de la corona. Si hubiera alguna diferencia, allí la descubriré. ¡Lo tengo!”
Arquímedes salió de la bañera de un salto, y así mojado corrió a casa a través de las calles de Siracusa gritando “¡Eureka! ¡Eureka! ¡Lo encontré! ¡Lo encontré!”
La palabra Eureka es la misma que pronunció el pastorcillo cuando encontró a su oveja perdida. ¿Puedes descubrir la palabra Eureka en el versículo de hoy? Lee el capítulo entero de Lucas 15 y enumera las veces que se repite dicha palabra. El vocablo se usa todavía hoy para anunciar un descubrimiento importante.