Martes 25 de octubre. Matutina para mujeres – “Una buena tía”

Martes 25 de octubre. Matutina para mujeres – “Una buena tía”

«Los gentiles se angustian por todas estas cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas» (Mat. 6: 32).

“Tú has sido mi protección, mi refugio en momentos de angustia”. Salomón

YO NO tengo hijos así que, desde que nació mi sobrina mayor hace ya dieciocho años, me he esforzado por ser para ella una buena tía. Y lo mismo he hecho después con la pequeña, de trece años, en quien además veo muchas semejanzas con mi carácter. ¡Me encanta ser su tía! Y como me encanta, intento descubrir cuáles son las claves para hacerlo bien.

Lamentablemente, no hay muchos modelos en la Biblia de mujeres que fueran buenas tías, o al menos no se relatan experiencias explícitas al respecto. Pero sí hay un caso que, salvando las distancias, me inspira mucho a ser la mejor influencia posible para las hijas de mi hermana. Es el caso de Joseba, tía de Joás y hermana del rey Ocozías. Esta valiente mujer escondió de la malvada Atalía al legítimo heredero del trono, su sobrino, durante seis años, hasta que finalmente pudo reinar, como le correspondía (ver 2 Rey, 11). Mis respetos para esta tía de primera; sin duda un ejemplo a imitar para todas nosotras que tenemos sobrinos.

Dios quiera que nunca nos toque rescatar a nuestros sobrinos de situaciones tan difíciles como un intento de asesinato. Dios quiera que sus vidas transcurran de una manera sencilla y serena, con los retos propios de llegar a ser mujeres y hombres de principios, que no es poco. Y Dios quiera que, en su camino de niños a adultos, nosotras, sus tías, seamos para ellos un lugar de refugio, alguien a quien acudir, a quien contar sus cosas con toda confianza; alguien que sea una buena influencia para ellos, en todos los sentidos; que les dé seguridad, estabilidad y raíces profundas.

Está claro que no podemos cambiar el mundo; ni tan siquiera podemos a veces mejorar las circunstancias de los miembros de nuestra familia, pero sí podemos ser un punto de apoyo para nuestros sobrinos, que necesitan referentes claros; podemos ser su protección y su consuelo en momentos de angustia.

Es un lujo poder desarrollar un vínculo estrecho con nuestros sobrinos, que dé solidez a sus vidas. Es nuestro privilegio mostrarles ese amor parecido al de madre que solo nosotras podemos darles; es un reto aprender a aceptarlos como son, para que puedan sentirse seguros en la vida.

 

Radio Adventista

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