Lunes 2 de enero. Matutina para jóvenes – “Brillando alto”

Lunes 2 de enero. Matutina para jóvenes – “Brillando alto”

“Tuyo es el día, tuya también es la noche; tú estableciste la luna y el sol” (Salmo 74:16).

El 2 de enero de 1839 fue un día histórico. En Francia, el inventor Louis Daguerre tomó la primera fotografía de la Luna. Ubicada a 384.400 kilómetros de la Tierra, la Luna es el único satélite natural de nuestro planeta y es, además, el único cuerpo celeste en el que el ser humano ha realizado (supuestamente) un descenso tripulado.

Daguerre (pintor, decorador y primer divulgador de la fotografía; y de cuyo nombre proviene el término “daguerrotipo”) sabía, sin duda, la importancia de aquella primera foto del lejano y luminoso astro. Mientras se preparaba para presentar su invento ante la Academia de Ciencias de París este artista se dedicó a tomar fotos de todo lo que le llamaba la atención. Entre esas cosas estaba, con su milenario misterio, la Luna.

Las crónicas de la época sostienen que le resultó trabajoso lograrlo, al punto de que afirman que no parece la Luna tal cual la vemos hoy. Lo cierto es que, después de aquella foto de Daguerre, pasó más de un siglo antes de que conociéramos la cara lunar oculta. En 1959, el satélite soviético Luna III alcanzó a tomar, en un lapso de 40 minutos, 29 fotografías del lado oscuro.

La palabra “Luna” viene del latín y significa “luminosa” o “la que ilumina”. Excelente metáfora del legado que Dios nos dejó. As! como él creó la Luna con un propósito, nosotros estamos llamados a brillar en un mundo oscuro. Las profundidades del pecado contrastarán notablemente con esa luz que emana desde arriba. Luz que no es nuestra, sino que es un simple y maravilloso reflejo de Jesús, la Luz del mundo (Juan 8:12).

Brillar no es fácil; pero marca una diferencia. Brillar conllevará problemas, pero nos recompensará. Brillar nos carga de responsabilidad; pero nos llena de paz.

Hoy puede ser un día histórico. Abandona el pecado. Mira hacia el Cielo. Vuela alto. Alumbra con meridiana claridad. Brilla.

“El mundo está rodeado por las tinieblas. Haced brillar vuestra luz para los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Elena de White, Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 360). PA

 

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