Viernes 23 de septiembre. Matutina para damas – “Salir del «barco»”

Viernes 23 de septiembre. Matutina para damas – “Salir del «barco»”

«Jesús les habló, diciéndoles: “¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!”» (Mat. 14:27).

“Hay muchas razones para salir del barco, pero la principal es que Jesús está en el agua”. John Ortberg

LA VIDA tiene una extraña forma de sacarnos siempre de nuestra zona de confort, Antes o después, por muy buenos que sean los comienzos, la realidad hace acto de presencia para recordarnos una vez más que vivimos en un mundo en conflicto. Por muy buena que sea una relación cuando la comenzamos, siempre, inevitablemente, llegan las desavenencias y los malos entendidos que pueden hacerla tambalear (aunque también fortalecerla). Por muy excelente que nos parezca el ambiente de trabajo cuando comenzamos en una empresa nueva, inevitablemente llegan las crisis, quizás económicas, o de gestión, o desavenencias entre los compañeros. Por muy maravilloso que sea el comienzo de la vida cristiana durante nuestra conversión, inevitablemente llegarán las nubes grises que prueban la fe: decepciones con nuestros hermanos o con nosotras mismas, tentaciones que no pudimos resistir…

Es inevitable; antes o después el conflicto entre el bien y el mal hace acto de presencia, y por eso muchas veces preferimos quedarnos en nuestra zona de confort para no correr riesgos. El problema es que el viento también sopla dentro de nuestra embarcación. ¿Acaso prefieres ser como los once discípulos que se quedaron dentro del barco, a pesar de que también la tormenta lo azotaba, y se perdieron así la experiencia de caminar sobre las aguas hacia Jesús? Sí, es cierto, dentro del barco se corren menos riesgos, pero los milagros de Dios y su poder están esperándonos afuera, en el único lugar donde se puede crecer, con la vista puesta en Jesús.

La vida ahí afuera puede volverse por momentos dura y difícil; algunas veces la noche resulta demasiado oscura, pero Jesús no espera que nos quedemos en nuestra zona de confort, sino que nos mojemos, que caminemos sobre el agua con la mirada puesta en él. ¿Cuál es el barco que ha llegado a constituir para nosotras nuestra zona de confort? ¿Tal vez la seguridad del hogar? ¿El calor de los amigos? ¿La comodidad de nuestro país? Ahí afuera nos esperan muchas manifestaciones del poder de Dios si estamos dispuestas a dar un paso fuera de ese barco. Si nos quedamos dentro de él por miedo a que la tormenta nos hunda, nunca sabremos qué es caminar sobre las aguas.

Radio Adventista

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