Sábado 19 de noviembre. Matutina para adultos – “No yo, sino Cristo – 1”

Sábado 19 de noviembre. Matutina para adultos – “No yo, sino Cristo – 1”

«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí». Gálatas 2: 20

NUNCA ME HA ENTUSIASMADO ser la cara más joven en una multitud. Cuando se tiene cara de niño, da la impresión de que nunca maduras. Siempre eres «el muchacho». Así le ocurría a «Juanito», el más joven de los apóstoles de Jesús. El que va Roma y contempla el arte cristiano de la antigüedad no se sorprende de ver que se lo representa juvenil, sin barba, con el pelo largo de una mujer; masculino, pero aún un muchacho. ¡No es de extrañar que se esforzase tanto por escalar con dificultad hasta la cima! ¿Orgullo (ego)? A raudales. Porque habitualmente ocultamos (o revelamos) nuestras deficiencias con nuestros excesos.

¿Te acuerdas de aquel momento en que Jesús se detuvo junto a la varada barca de pesca de aquellos hermanos que remendaban sus redes? «Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres» (Mar. 1: 17). Puestos en pie de un salto, Santiago y Juan hicieron precisamente lo que se les pidió. Pero en poco tiempo el Maestro seguramente tuvo claro que ¡en los hijos de Zebedeo tenía gente problemática! Los «llamó Boanerges, que significa: Hijos del trueno» (Mar. 3: 17, NVI). «Creo que los llamaré, muchachos, ¡”Los hermanos exaltados”!». Y verdaderamente que sí lo eran. Te acordarás de que, en una ocasión, pidieron permiso para arrasar un pueblo samaritano con fuego divino. En otra ocasión, ellos solitos pusieron fin a un ministerio que ejercía un hombre en solitario que empañaba el honor del grupo. Y, ¿te acuerdas de la ocasión en que arrastraron consigo a su madre, esperando acaparar los dos puestos más elevados del reino que Jesús acabaría formando, lo que encendió una guerra intestina entre los doce apóstoles?

Echa una ojeada a este catálogo de los defectos de carácter de Juanito: «Juan no poseía por naturaleza la belleza de carácter que reveló en sus últimos años. Tenía graves defectos. No solamente era [1] orgulloso, [2] pretencioso y [3] ambicioso de honor, sino también [4] impetuoso, [5] resintiéndose por la injusticia. […] [6] Mal genio, [7] deseo de venganza, [8] espíritu de crítica, todo eso se encontraba en el discípulo amado» (Los hechos de los apóstoles, cap. 53, pp. 401, 402). ¿Te resulta familiar? No obstante, lo absolutamente asombroso es que este Juanito (con todos sus defectos psicológicos y de carácter) no solo acabe en el círculo íntimo de Jesús, sino que se convierta en el amigo más querido de Cristo en la tierra. ¡Asombrosa gracia transformadora!

Radio Adventista

View all contributions by