Sábado 1 de octubre 2016. Matutina para adultos – “La matriz macedonia – 1”

Sábado 1 de octubre 2016. Matutina para adultos – “La matriz macedonia – 1”

«Atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió». Hechos 16: 6, 7

¿QUÉ SE SUPONE que tienes que hacer cuando parece que Dios sigue cerrándote las puertas? ¿Cuántos de nosotros ahora mismo estamos poniéndolo todo de nuestra parte con valentía con nuestra nariz aplastada contra una puerta cerrada? ¿Podría ser que la mejor manera de llegar a una puerta abierta sea por medio de una cerrada?

En una ocasión vi una lista de todas las puertas cerradas que encontró Abraham Lincoln, de quien se puede decir que fue el mejor presidente de Estados Unidos: 1832: perdió su empleo; 1832: fue derrotado al presentarse a las elecciones a la Asamblea Legislativa de Illinois; 1833: fracasó en los negocios; 1834: fue elegido miembro de la Asamblea Legislativa estatal; 1835: su novia falleció; 1836: tuvo una crisis nerviosa; 1838: fue derrotado al presentarse a la presidencia de la Asamblea Legislativa de Illinois; 1843: fue derrotado al presentarse a las elecciones al Congreso; 1846: fue elegido miembro del Congreso; 1848: perdió su reelección al Congreso; 1849: fue rechazado para el puesto de Jefe del Catastro; 1854: fue derrotado al presentarse a las elecciones al Senado de los Estados Unidos; 1856: fue derrotado en la carrera a la vicepresidencia; 1858: fue derrotado al presentarse nuevamente a las elecciones al Senado; 1860: Abraham Lincoln fue elegido presidente de Estados Unidos. ¿Podría ser que la mejor manera de llegar a una puerta abierta sea por medio de una cerrada?

El intrépido apóstol Pablo y su equipo evangelizador itinerante han finalizado la tarea de su encargo evangélico en Listra y Derbe y deciden proseguir hacia occidente obedeciendo la orden de Jesús de ir «por todo el mundo». Y aunque no se nos dice cómo ni por qué, lo consignado afirma que les cerraron la puerta en las narices. ¡El Espíritu dijo que no! Impertérritos por esa puerta cerrada, Pablo y sus compañeros revisaron sus planes y prosiguieron, en cambio, hacia el norte con el evangelio. Pero cuando intentaron entrar en Bitinia, los aguardaba otra enorme puerta cerrada y un «¡No!» de Dios. Entonces, ¿adónde había de ir Pablo ahora? No estaba seguro. Porque cuando Dios cierra una puerta en tu vida, nunca estás seguro del todo, ¿no crees? José el esclavo no tenía ni idea. Tampoco Moisés el pastor. Ni siquiera Abraham Lincoln la tenía. Así que si tu nariz está aplastada contra la fría superficie de otra puerta cerrada, no te sientas mal: no estás solo.

Recuerda simplemente la verdad que Pablo está a punto de descubrir: cuando caminas con Dios, la mejor ruta a una puerta abierta es muy a menudo por medio de una cerrada.

Radio Adventista

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