Sábado 26 de noviembre. Matutina jóvenes – “Polimatía”

Sábado 26 de noviembre. Matutina jóvenes – “Polimatía”   

Dios ha dado a cada uno diferentes dones, a unos de una clase y a otros de otra. (1 Corintios 7: 7)

Fritz Kreisler es uno de los más grandes violinistas de la historia. Aunque la edad mínima para entrar al Conservatorio de Música de Viena era catorce, Fritz se convirtió en el alumno más joven al ser aceptado como estudiante de música a los siete, A los diez ya se había graduado. El 10 de noviembre de 1888, con apenas trece años, debutó en los Estados Unidos dando un concierto en el Steinway Hall de la ciudad de Nueva York. En su tiempo se llegó a decir que no había «un sonido más perfecto en el mundo que el violín de Fritz Kreisler».

La siguiente anécdota contada por José Ilic Toro en Memorias de un médico rural hace evidente el sitial de Fritz en la historia de la música, «En un café se encuentran juntos Jascha Heifetz y Mischa Elman. El mozo trae una misiva que dice en el sobre: “Para el más grande violinista del mundo”. La recibe Mischa Elman y se la pasa a Jascha Heifetz. Este modestamente se la devuelve diciendo: “No. Usted es el violinista más grande del mundo”. Y en esto están un rato atribuyéndose uno al otro la suprema maestría del violín, hasta que deciden abrir el sobre, que trae una carta cuyo encabezamiento dice: “Querido Fritz”» (p. 67).

Fritz no solo llegó a ser un gran violinista, también se destacó como pianista y compositor, pintor y médico. ¿Cómo perfeccionó todos sus talentos? Pues solo tenía una manera: usándolos. Innegablemente Fritz tenía el don de la polimatía. Y qué es eso? Es la capacidad de dominar distintas materias.

Tú también posees alguna habilidad excepcional, y si la usas adecuadamente llegarás a ser experto en distintas disciplinas. Nada más tienes que poner en práctica el talento que Jesús te ha dado. No importa cuál sea, ni que sientas que es pequeño; no olvides que todos tenemos distintos dones. El secreto para multiplicar el talento que ya tienes radica en que lo uses tanto en tu propio crecimiento como en el de los que te rodean. Eso lo enseñó Jesús en la parábola de los talentos de Mateo 25. No entierres el don que hay en ti, Practica, trabaja, perfecciónalo. Si eres bueno con uno, puedes estar seguro de que serás bueno con dos, con tres…

 

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Radio Adventista

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