Sábado 17 de septiembre 2016. Matutina jóvenes – “Imitemos al Maestro”
«El discípulo no es superior a su maestro; pero todo el que sea perfeccionado, será como su maestro» (Lucas 6: 40, RV95).
En su Discurso LV sobre Homero y Sócrates, el famoso orador y escritor romano, Dion Crisóstomo, también conocido como Dion de Prusa, sostuvo que Sócrates fue un aventajado discípulo de Homero. Para justificar su argumento, Dion dice que Sócrates vivía como Homero, seguía la humildad de Homero; como Homero despreció la acumulación de riquezas; como Homero amaba las virtudes y repudiaba los vicios. En resumen, fue discípulo de Homero porque vivió como lo hizo Homero.
Imitar al Maestro: ese es el punto clave de le ética cristiana. Si bien tenemos que imitar al Maestro, nunca hemos de creernos que nosotros somos los maestros. Es muy común ceder a la tentación de pensar que los verdaderos discípulos han de vivir, comer, hablar y andar como yo supongo que deben hacerlo. Si no lo hacen, entonces no pueden ser considerados discípulos. No vayas a creerte que eres el dueño de la conciencia de los demás; tú no eres el Maestro, nada más eres un discípulo.
Aunque jamás podrás ser el Maestro, si logras ser «perfeccionado» puedes llegar a ser «como» el Maestro. ¿Qué conlleva esa «perfección»? ¿Es esa «perfección» sinónimo de impecabilidad? La palabra griega que usa Lucas, kat rtisménos, nada tiene que ver con ese tipo de perfección.
En el Nuevo Testamento el verbo katartizo posee matices muy interesantes. Por ejemplo, en Gálatas 6: 1 tiene que ver con «restaurar», «ayudar» al hermano que ha caído. En Efesios 4: 12 aparece vinculado con la «preparación», la «capacitación» que el discípulo necesita para llevar a cabo su ministerio. Somos «perfeccionados» como discípulos cuando nos empeñamos en ayudar a los demás, en servir a nuestro prójimo, cuando estamos listos para cumplir con la tarea que Dios nos ha encomendado.
Ser «perfeccionado» o ser «como el Maestro» implica tratar a la gente como lo hizo Jesús. Somos como Jesús cuando amamos como lo hizo él, cuando nos solidarizamos con el pecador como lo hizo él, cuando entregamos todo a la causa como lo hizo él, cuando nos empeñamos en el bienestar de los demás como lo hizo él. Si quiero ser como Dios, y él es amor, entonces lo que tengo que llegar a ser es una persona que abrigue el amor de Dios en su corazón. ¡Imitemos a Jesús!
#ImitemosaJesús