Viernes 30 de diciembre. Matutina damas – “El arte de vivir”
«Todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él» (Col. 3: 17).
“Dar gracias a Dios por lo que se tiene, ahí comienza el arte de vivir”. Doménico Cieri Estrada
¡QUÉ FÁCIL es acostumbrarse a lo bueno! Hasta tal punto nos habituamos a una buena casa, un buen automóvil, un buen trabajo o una familia sana que los damos por supuestos. En otras palabras, perdemos la perspectiva de que nada, en realidad, es nuestro, y dejamos de ser agradecidos con Dios. Esa es nuestra tendencia natural, pero ha de ser revertida en Cristo. En Cristo aprendemos a dar gracias a Dios siempre por todo, porque lo hemos recibido de él como un préstamo temporal inmerecido que hemos de gestionar para su gloria.
Solemos dar gracias a Dios por las cosas que nos «quitan la respiración», pero ¿y por la respiración misma, que no nos la ha quitado, sino que ha seguido manteniéndonos a cada instante? No creas que eso es algo pequeño; para que te hagas una idea, una persona respira aproximadamente 23,000 veces al día (por 364 días que hemos vivido ya de este año, estamos hablando de que Dios nos ha concedido 8, 372,000 milagros solo en 2016). Dime una cosa, ¿cuándo fue la última vez que le diste gracias por el complejo y maravilloso proceso de tu respiración?
El teólogo alemán Helmut Thielicke reflexionó muy atinadamente sobre esto del agradecimiento. Durante una etapa de su vida él se decía a sí mismo, cada vez que se sentaba a escribir: «Todo lo que tienes es fruto de tu esfuerzo y de tus capacidades, es tuyo porque te lo has ganado». Pero cuando las bombas comenzaron a caer sobre su país, Alemania, en la Segunda Guerra Mundial, y vio todas las casas a su alrededor completamente destruidas, concluyó: «Ya no me resulta tan evidente que lo que tengo me pertenezca; en cualquier momento puede serme arrebatado, solo se me ha concedido como un préstamo».* Y comenzó a dar gracias a Dios cada día por cada tesoro, pequeño o grande, que le era confiado.
Las Escrituras nos instan: «Den siempre gracias a Dios el Padre por todas las cosas» (Efe. 5: 20); «den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes» (1 Tesa. 5:18). Ese es el arte de la vida cristiana.