Jueves 1 de diciembre. Matinal jóvenes – “Belleza de carácter”
La belleza no es más que ilusión, pero la mujer que honra al Señor es digna de alabanza (proverbios 31. 30).
En su libro Hot Illustrations for Youth Talks, Wayne Rice hace mención a la portada de una revista que exhibía una foto de Michelle Pfeiffer cuando la popular actriz estaba en pleno apogeo de su carrera. Junto con la foto se hallaba esta frase: « ¿Qué necesita Michelle Pfeiffer? ¡Absolutamente nada!».
Un periodista, intrigado por la foto, decidió averiguar si era cierto aquello de que Michelle no necesitaba nada para lucir tan bella. Mientras indagaba el asunto recibió la factura del estilista que había trabajado con Michelle antes de que le tomaran aquella fotografía. Según la factura, la mujer que no necesitaba nada para lucir bien tuvo que hacerse: «Limpieza de cutis y cuello, eliminación de vello facial, ojeras y bolsas, estiramiento de las comisuras de los labios, reducción de barbilla, tratamiento de las arrugas del escote, aplicación de pintura labial y colorete en los pómulos, selección y puesta a punto de aretes y vestuario, estilización de la figura, ajustes de color en el pelo y añadido de pelo postizo, eliminación de pliegues en la ropa y añadido de costuras en el lado derecho del vestido». ¿Cuánto cobró el estilista por hacer todo esto? Nada más y nada menos que 1,525 dólares.
La realidad es que con una inversión de mil quinientos dólares en estilismo, hasta yo me vería espectacular Quizá la frase de la revista pudo haber sido: « ¿Qué necesita Michelle Pfeiffer para verse tan linda? Nada más que 1,525 dólares». No hay nada de malo en procurar la belleza física. Lo malo sería llegar a suponer que el físico lo es todo en la vida y que no se necesita nada más. Eso fue lo que creyó la mujer de Ezequiel 16. La Biblia dice que ella confiaba tanto «en su belleza» que terminó haciendo de su hermosura física «algo detestable» (Ezequiel 16: 15, 25).
Dios, que como nosotros es amante de lo bello, procura encontrar en nuestras vidas una belleza de mayor trascendencia que la que podemos ver con los ojos. Él «sobre todo aprecia la belleza del carácter» (El camino a Cristo, cap. 10, p. 126). Esa nada más se consigue honrando al Señor.
#BellezadeCarácter