Domingo 11 de diciembre. Matinal adultos – La generación de Jesús: «¿Seguimos siendo nosotros mismos?»

Domingo 11 de diciembre. Matinal adultos – La generación de Jesús: «¿Seguimos siendo nosotros mismos?» 

«Qué alegría para la nación cuyo Dios es el Señor, cuyo pueblo él eligió como herencia». Salmo 33: 12, NTV

UNA NOCHE NUESTRA HIJITA mantenía una conversación filosófica bastante profunda con su madre. Con cinco años de edad, aún estaba asimilando la distinción temporal entre ayer, hoy y mañana. Cuando Karen la arropó en la cama, de buenas a primeras Kristin preguntó: «Mami, ahora que es esta noche, ¿es esto mañana?». Karen contestó: «No, Krissie, no es mañana». Pero, mirando hacia arriba desde su almohada, quiso saber más: «Bueno, entonces, ¿es ayer?». Obviamente, según la lógica de un niño de cinco años, si esta noche no es hoy y tampoco mañana, tiene que ser ayer. «No, cariño, esto es hoy». «Entonces, ¿cuándo es mañana?». A lo que Karen replicó: «Cuando te despiertes por la mañana, será mañana». Kristin pensó largo y tendido un momento y luego, con el ceño fruncido de perplejidad, preguntó: «Mami, ¿seguimos siendo nosotros mismos?».

Empiezas con una disquisición filosófica sobre el tiempo y acabas con la gran disquisición ontológica: ¿Seguimos siendo nosotros mismos? Bueno, ¿seguimos siéndolo? A lo largo de ciento setenta años, gente de Estados Unidos y del mundo entero ha venido proclamando la pronta venida de Cristo. «¡El mañana casi está aquí!», han gritado los elegidos. Hoy casi se ha convertido en ayer, y esta noche es casi mañana. Así que antes de que esta noche se convierta en ayer, ¡es hora de prepararse!

No osamos abandonar esa esperanza. Después de todo, la palabra «inminente» ha estado entretejida en la conversación colectiva de los elegidos desde el comienzo. El diccionario la define como un acontecimiento que está a punto de acaecer, que pende sobre nuestra cabeza, cercano en su incidencia, que ha de suceder prontamente. «El fin de todas las cosas se acerca» (1 Ped. 4: 7). Como nuestros progenitores espirituales, ¿seguimos vinculando la palabra «inminente» con la venida de Jesús? ¿Seguimos siendo nosotros mismos?

Hay quien dice que, siempre que Jesús venga, no importa realmente si es pronto o no. Cuéntale eso a una pareja joven apasionadamente enamorada y que arranca con impaciencia las páginas del calendario hasta el ansiado día de su boda. ¡El «pronto» cambia las cosas como de la noche a la mañana! Y, por ello, debe cambiarlas también para los elegidos de esta generación. Si alguna vez nos desconectamos del mañana, perderemos rápidamente nuestro asidero en el presente.

Un cartel de un restaurante de comida rápida pone: «Gracias por venir. Por favor, vuelva pronto». Es una versión para el tercer milenio de la última oración del Apocalipsis: «¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!» (Apoc. 22: 20). Cuando esa llegue a ser nuestra oración diaria, entonces seguiremos siendo nosotros mismos: la generación de Jesús.

Radio Adventista

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