Domingo 19 de junio – Más que palabras. Matutina jóvenes
«Al orar no repitan ustedes palabras inútiles» (Mateo 6: 7).
Muchos de nosotros hemos crecido repitiendo de memoria la oración modelo que el Señor Jesús les enseñó a sus discípulos: el Padrenuestro. ¿Pero nos hemos detenido tan siquiera un momento para reflexionar en lo que dice dicha plegaria? Hace un tiempo encontré el siguiente mensaje que compartiré contigo:
No puedo decir «Padre» si no intento diariamente vivir como su hijo.
No puedo decir «Nuestro» si solo vivo para mí mismo.
No puedo decir «Que estás en los cielos» si solo me importa lo terrenal.
No puedo decir «Santificado sea tu nombre» si no lo honro.
No puedo decir «Venga tu reino» si solo pienso en la grandeza de este mundo.
No puedo decir «Hágase tu voluntad» si no la acepto en mi vida.
No puedo decir «En la tierra como se hace en el cielo» si para mí no es relevante.
No puedo decir «Danos hoy el pan que necesitamos» sino tengo interés en los demás,
No puedo decir «Perdónanos el mal que hemos hecho» si guardo rencor a mi prójimo.
No puedo decir «No nos expongas a la tentación» si deliberadamente me someto a la voluntad del pecado.
No puedo decir «Líbranos del maligno» si no estoy dispuesto a poner sobre mí la armadura del Espíritu.
No puedo decir «Porque tuyo es el reino» si él no es el rey de mi vida.
No puedo decir «El poder» si no recibo su fortaleza.
No puedo decir «La gloria» si nada más procuro mi propio honor.
No puedo decir «Por los siglos de los siglos» si el horizonte de mi vida se limita al «aquí» y «ahora».
No puedo decir «Amén» si no puedo decir todo lo demás.
En resumen, la oración no es una práctica que se limita a recitar una retahíla de palabras, a veces inconexas. Más que tus expresiones, en la oración cuenta mucho lo que haces en tu diario vivir. Y es que todo lo que hagas, de una u otra manera, constituye una oración. A eso se refirió el apóstol cuando declaró por escrito: «Oren en todas partes» (1 Timoteo 2: 8); «oren en todo momento» (1 Tesalonicenses 5: 17) y «no dejen nunca de orar» (Romanos 12: 12). ¿ No te gustaría que hubiera siempre coherencia entre lo que dices cuando oras y lo que prácticas en tu diario vivir?
#OraciónModelo