DESCANSO PARA EL ALMA
«Así dijo Jehová: “Paraos en los caminos, mirad y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino. Andad por él y hallaréis descanso para vuestra alma”» (Jer. 6:16, RV95).
Así dijo Jehová: “Paraos en los caminos, mirad y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino. Andad por él y hallaréis pre descanso para vuestra alma”» (Jer. 6:16, RV95). No sé a ti, pero a mí, la frase «hallaréis descanso para vuestra alma» me suena a gloria; es algo que quiero, es una invitación que acepto. Así que pienso que bien merece la pena analizar esas cuatro órdenes de Jehová que conducen al descanso del alma: 1) «Paraos», 2) «mirad», 3) «preguntad», 4) «andad». Veamos qué puede significar cada una.
1) «Paraos». Pararse es lo primero que hay que hacer cuando una está perdida. Cesa el ruido cotidiano, el correcorre de aquí para allá que te está alejando de tu conexión esencial con Dios. Detente por un momento, porque esa ansiedad que sientes en tu vida y que te lleva a pensar que tu alma necesita descanso, se debe a una rutina acelerada en la que la auténtica conexión con Dios brilla por su ausencia.
2) «Mirad». Dios te está llamado a cambiar de rumbo. Tienes que pensar, reconsiderar, prestar atención a las distintas sendas que se abren cada día delante de ti. Él quiere que desandes todo lo recorrido para que vuelvas a la senda antigua, la senda de la salvación que él siempre ha puesto delante de ti. Pero eres tú quien tiene que mirar, valorar y, finalmente, decidir.
3) «Preguntad». ¿Por qué no recurrir a esas personas que destilan el amor de Dios, que se ve que cada día buscan su presencia, que son un pozo de sabiduría bíblica y de espiritualidad? Y, por supuesto, indaga directamente en la Palabra de Dios; está ahí para ti, para tu vida.
4) «Andad». Pasa a la acción. El evangelio no es para leerlo y guardarlo en un cajón; es para vivirlo. Cuanto más lo vives, más te transforma, y más sentido y propósito tendrá tu vida. Quizás la inquietud de tu alma se debe a que hace tiempo no caminas en el propósito que sabes que Dios tiene para ti.
Si has olvidado el primer amor y has seguido por caminos que conducen a un final que no deseas, detente, analiza, estudia y vuelve. Dios está ahí esperando, deseando darte descanso, fuerza y grandes victorias.