Martes 9 de Junio – JUAN WESLEY – Devocion Matutina para Jóvenes

JUAN WESLEY

Entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura. Hebreos 10:22.

-¡Señor Wesley, guten morgen! ¡Cuánto gusto me da verlo! Quien hablaba era un alemán del grupo religioso moravo que había viajado en el mismo barco con Juan y Carlos Wesley desde Inglaterra a Savannah, Georgia. Habían llegado uno o dos días antes, el 5 de febrero de 1736, tras navegar poco más de tres meses.

-¡Buenos días, señor Spangenberg! -le respondió Juan-, Qué bonito se siente estar nuevamente en tierra firme después de un viaje tan peligroso, ¿verdad? Hubo ocasiones en que pensé que no saldríamos con vida.

-¿Qué, sí hubiéramos muerto? ¿No habría estado listo para morir?

-Bueno… eh… ah… -Juan titubeaba, evocando el terror que había tenido a la muerte-. Creo que nadie jamás está listo para enfrentarse a la muerte. Después de todo, continúo siendo joven a los 33 años de edad.

-No me refiero a eso -continuó el alemán- ¿Eres un hombre salvo? ¿Eres un hijo de Dios?

-He sido cristiano desde que tengo uso de razón -respondió Juan Wesley-. Mi padre era ministro de la iglesia anglicana. La iglesia ha sido el centro de mi vida.

-Eso no es lo que pregunté -insistió su amigo-. ¿Conoces a Jesucristo personalmente?

-Lo conozco -respondió Juan.

Sin embargo, esa noche escribió en su diario: “Temo que las mías fueron palabras vanas”. Dos años más tarde, realmente comprendió que no te salvas por lo que haces, sino por lo que Cristo ha hecho por ti. Cuando aceptó lo que Jesús le ofrecía en forma gratuita, Juan tuvo la certeza de que en realidad era hijo de Dios.

Si tuvieras un accidente fatal el día de hoy, ¿estarías listo para morir? ¿Tienes la seguridad de que tus pecados han sido perdonados? ¿Sabías que hay una mansión preparada para ti en el cielo? Jesús ¿es amigo tuyo? ¿Has aceptado su don de salvación? ¿Tienes la certeza de ser hijo de Dios?

Si no, inclina tu cabeza en este momento y pide a Jesús que entre en tu corazón. Di:

“Querido Jesús, yo sé que soy pecador. No puedo salvarme a mí mismo. Te confío mi salvación. Quítame la mancha del pecado, perdona mi maldad y hazme un hijo tuyo. Gracias, Jesús. Amén”.

Radio Adventista

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