UNA NUEVA VOZ
“Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas” (Marcos 1:3).
El ministerio radial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día es un ejemplo de cómo Dios usa a las personas y los recursos para el cumplimiento de la misión. El 9 de abril de 1933, hace exactamente 86 años, el pastor H. M. S. Richards, fundador de La voz de la profecía, transmitió el primer programa desde una emisora de California, EE.UU., con el nombre de Bible Tabernacle of the Air [Tabernáculo bíblico en el aire]. Mucha gente intentó desanimarlo, pero él avanzó confiando en el Señor.
Recién el 25 de julio de 1936 comenzó a usarse el nombre La voz de la profecía. Al año siguiente, la División Norteamericana oficializó al pastor Richards como orador, y el programa se transmitía de costa a costa en los Estados Unidos. Cinco años más tarde, 225 emisoras transmitían cada domingo el mensaje adventista. Y comenzaron a recibirse muchas cartas de personas interesadas en conocer mejor la Biblia.
El éxito de las transmisiones motivó a la iglesia a utilizar la radio en todo el mundo. Por eso, el 6 de septiembre de 1942, se hizo la primera transmisión de La voz de la profecía en español, con el pastor Braulio Pérez Marcio. En portugués, La voz de la profecía comenzó a transmitirse el 26 de septiembre de 1943, con la voz conmovedora e inigualable del pastor Roberto Mendes Rabello.
En aquel tiempo, las canciones eran grabadas por el cuarteto King’s Heralds [Heraldos del Rey], que cantaban en portugués, aunque con un fuerte acento estadounidense. Fue recién en 1962 cuando surgió la primera formación local de los Arautos do Rei, que hoy va por su vigesimonovena formación y continúa predicando del pronto regreso de Jesús.
El 2 de junio de 1964 comenzaron las transmisiones del programa Una luz en el camino por la radio El Mundo, en Buenos Aires, República Argentina. El presentador era el pastor Enrique Chaij. En la actualidad, el programa tiene más de cincuenta años de historia y se transmite en más de seiscientas emisoras, dentro y fuera de la Argentina.
En los tiempos bíblicos, cuando el Mesías debía ser anunciado, Dios usó la voz de Juan el Bautista. Cuando la predicación del “evangelio del reino” (Mat. 24:14) necesitaba un impulso, Dios levantó una nueva voz. Hoy necesitamos muchas otras voces para terminar la obra que estos pioneros iniciaron con visión, determinación y fe.
¿Puede Dios contar contigo?