Martes 9 de Abril – LA MUJER COMO PROPIEDAD DEL HOMBRE – Damas

MERAB

LA MUJER COMO PROPIEDAD DEL HOMBRE

Y llegado el tiempo en que Merab hija de Saúl se había de dar a David, fue dada por mujer a Adriel meholatita. 1 Samuel 18:19.

Merab, Mical y Rizpa conforman una trilogía de mujeres que están unidas por un mismo destino: ser propiedad del rey.

El nombre “Merab” significa en hebreo “abundancia”. Quizás ese fue el deseo de sus padres cuando le pusieron ese nombre. Sin embargo, a diferencia de aquellos personajes bíblicos cuyas vidas fueron un despliegue del significado de su nombre, esta vez el nombre no determinó el destino de la persona.

Merab fue la mayor de las dos hijas del rey Saúl (1 Samuel 14:49). Saúl prometió dar una de sus hijas en matrimonio al hombre que derrotase a Goliat (1 Samuel 17:25), y posiblemente esa fue la razón por la que le ofreció su hija Merab a David. Después de su enfrentamiento con Goliat, David demostró su prudencia y eficacia al luchar contra los filisteos a tal grado que Saúl “le temía”, mientras que el pueblo de Israel y Judá lo amaban (ver 1 Samuel 18:15, 16). Por eso, Saúl no mantuvo su promesa, y Merab no se casó con David, sino que fue entregada a Adriel, con quien tuvo cinco hijos. Más tarde, David entregó a estos cinco hijos y a los de Rizpa a los gabaonitas (2 Samuel 21:1-10), para compensar el sufrimiento padecido por ese pueblo a manos de Saúl.*

¿Por qué Merab no estuvo, como Rizpa, blandiendo ramas de día y de noche para no permitir que las fieras devoraran el cuerpo de sus hijos? ¿Fue acaso ella menos “madre” que Rizpa? ¿Se olvidó de sus hijos? Seríamos injustos con Merab si pensáramos así. La Biblia guarda silencio. Sin embargo, podemos pensar, sin torcer la Escritura, que Merab murió joven, antes de que sus hijos fueran sacrificados. La historia de Mical nos ayuda a entender el destino de su hermana Merab.

¡Qué tragedia la de Merab! Ella no tuvo la oportunidad de probar su amor por sus descendientes ante los ojos de los hombres, del modo en que Rizpa mostró su heroísmo. Merab es un símbolo de esas mujeres anónimas, cuyas vidas parecieron no tener valor. Sin embargo, no hay una persona que no tenga valor ante los ojos de Dios. No importa cómo te vean o cómo te veas. Solo mírate del modo en que te ve Jesús. ¡El guarda tu vida! –FB

*Aunque la RV60 dice que fueron hijos de Mical, debería decir Merab, como lo dice la NVI, NTV y otras versiones, porque Mical nunca tuvo hijos (ver 2 Samuel 6:23).

Radio Adventista

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