Martes 29 de Diciembre – El fin viene – Matinal para Adultos 2020

«Tú, hijo de hombre, anuncia que así ha dicho Jehová, el Señor, a la tierra de Israel: “El fin, el fin viene sobre los cuatro extremos de la tierra”» (Ezequiel 7:2).

El divino plan de redención contempló el fin del mundo de pecado desde la misma entrada del mal en el Edén. El tiempo ha transcurrido, pero en el reloj del universo todo tiene su hora y, a su tiempo, el fin acontecerá. Aunque el día y la hora es conocida solo por Dios (Mateo 24:36), el Señor Jesús enseñó a identificar las señales que anuncian su venida. «Habrá grandes terremotos y, en diferentes lugares, hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo» (Lucas 21:11). «Cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas» (Marcos 13:29). Otros pasajes en las Escrituras describen las señales que se manifestarán en la naturaleza, la religión y la sociedad (2 Timoteo 3:1-4).

La mayoría de las señales descritas se vienen sucediendo de manera gradual en las últimas décadas; su crecimiento es proporcional, no solo al cambio climático, sino también al rechazo de los mandamientos de Dios por parte de la humanidad. Mientras el mundo menosprecia los preceptos divinos, va alejando las bendiciones del cielo de la tierra y se va retirando de su círculo protector (Consejos para la iglesia, pág. 71). Aun así, junto con las calamidades se ha manifestado también misericordia, así que todavía es posible buscar la protección de Dios.

El libro de Apocalipsis registra que, hacia el final de la historia de la humanidad, las copas de la ira de Dios serán derramadas sobre un mundo rebelde que despreció de manera continua al Salvador y sus mandamientos. Cuando esto ocurra, habrá un pueblo que será protegido de manera especial. Serán aquellos que tengan el sello de Dios en sus frentes (Apocalipsis 7:3; 9:4), los que guarden sus mandamientos y tengan el testimonio de Jesucristo (Apocalipsis 12:17). Son los mismos que sufren y claman por los hechos deplorables que se hacen dentro de la iglesia y están dispuestos a llamar al pecado por su nombre (Ezequiel 9:4).

El fin viene y se acerca a paso firme. Patriarcas, profetas y apóstoles, a quienes fueron reveladas las impresionantes escenas del fin, anhelaron ser testigos de su cumplimiento. Quienes vivimos en este momento especial de la historia podemos erguirnos y levantar la cabeza, confiando que nuestra redención está cerca (Lucas 21:28). Podemos esperar la protección del cielo colocándonos bajo su círculo protector.

Radio Adventista

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