¡A CORRER!
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis” (1 Corintios 9:24).
El 29 de agosto de 2004 culminaron los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. El marroquí Hlcham El Guerrouj consiguió un doblete histórico, ganando la medalla de oro en la prueba de 5.000 metros y en la de 1.500 metros. Desde que el finlandés Paavo Nurmi lo había logrado en París 1924, ningún otro atleta había ganado ambas competencias en la misma edición de los Juegos Olímpicos. Las carreras siempre nos regalan relatos épicos, hazañas, milagros y logros. Tuve la oportunidad de visitar el Estadio Pantenaico, en Atenas. Reconstruido a partir de las ruinas de un antiguo estadio, su forma ovalada característica cobijó a los atletas de los Juegos Olímpicos de Atenas 1896.
El apóstol Pablo nos invita a competir en otro tipo de carrera, que no busca la fama ni la gloria mundana, sino una más excelente: la que tiene como objetivo la corona de la vida eterna.
¿Quieres entrenar para esa carrera espiritual? Te presento a dos entrenadores. Uno está en 1 Corintios 9:25 al 27: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene: ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”.
Allí, se recomienda lo siguiente: Tener disciplina, espíritu de sacrificio y dominio propio; abstenerse de lo malo; planificar y ser organizado.
El otro está en Hebreos 12:1 y 2: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”.
Allí, se brindan estos consejos: Abandonar el pecado, tener paciencia y poner los ojos en Jesús.
Hoy puede ser un día histórico. Sigue estos precisos seis consejos. Son notables. Te harán un triunfador en la carrera que verdaderamente importa.
“Al referirse a estas carreras como figura de la lucha cristiana, Pablo recalcó la preparación necesaria para el éxito de los contendientes en la carrera: la disciplina preliminar, el régimen alimenticio abstemio, la necesidad de temperancia […]. Todos sus hábitos y pasiones deben estar bajo la más estricta disciplina” (Elena de White, Los hechos de los apóstoles, pp. 256,257).