EL PEOR DESASTRE NATURAL DE LA HISTORIA RECIENTE
“Y aquí en la tierra, las naciones del mundo estarán en caos, perplejas por los mares rugientes y las mareas extrañas” (Lucas 21:25, NTV).
El 26 de diciembre de 2004, los medios de todo el mundo se centraron en una sola noticia: un terremoto de 93 en la escala de Richter había generado en Asia el mayor tsunami que el mundo haya presenciado en los últimos 40 años. El terremoto había hecho surgir el lecho marítimo en unos 10 metros, lo que había desplazado cientos de kilómetros cúbicos de agua, haciendo que las olas se desplazaran a unos 800 km/h.
Más de 230 mil personas murieron en 13 países, principalmente Tailandia, Sri Lanka, India, Indonesia, Malasia y las Islas Maldivas. Meses después, seguían apareciendo cuerpos a lo largo de las playas.
Jayanti Lakshmi, una mujer de 70 años, perdió a su hijo y sus dos nietos mellizos mientras estaba comprando junto con su nuera en Cuddalore, al sur de la India. Ella dijo: “Hubiera preferido morir en lugar de los demás, así mi nuera tendría una vida. No puedo soportar que sufra de esta manera”. Y un padre de Sri Lanka vio cómo toda su familia era arrastrada por las olas hacia el mar, para no volverlos a ver más.
Pero, la tragedia no había terminado luego de que el mar se retirara. Miles murieron después por causa de enfermedades como la fiebre tifoidea, el cólera y la malaria. La mayoría de las fuentes de agua potable habían quedado contaminadas. Los expertos consideraron que este fue el peor desastre natural de la historia reciente.
Jesús afirmó que los desastres naturales aumentarían tanto en intensidad como en su ocurrencia, como señal de que el fin se aproxima. En su sermón de Mateo 24, los vinculó con el resurgimiento de pestes y enfermedades (muchas de las cuales los científicos creían totalmente suprimidas, pero que ahora resurgen debido a los cataclismos). Como una mujer en parto, la tierra se estremece y sufre, debido a la explotación de recursos y la maldad humanas.
Jesús completó el panorama del fin del tiempo con aumento de la maldad, guerras, falsos maestros religiosos y surgimiento de falsos cristos, que engañarán, si fuera posible, incluso a los fieles hijos de Dios. Indicó que todos estos fenómenos serían señal de su pronto regreso. Jesús afirmó: “Aprendan una lección de la higuera. Cuando las ramas echan brotes y comienzan a salir las hojas, ustedes saben que el verano se acerca. De la misma manera, cuando vean que suceden todas estas cosas, sabrán que su regreso está muy cerca, a las puertas” (Mat. 24:32,33, NTV).
Sí, Cristo viene pronto. ¿Estás preparado?