SIR EDWARD ELGAR
Pedimos a Dios en oración que ustedes no hagan lo malo al rechazar nuestra corrección. Espero que no sea necesario demostrar nuestra autoridad cuando lleguemos. Hagan lo correcto antes de nuestra llegada, aun si eso hace que parezca que no hemos demostrado nuestra autoridad. 2 Corintios 13:7.
¿Alguna vez has estado en una graduación? Lo más probable es que hayas visto a los graduandos entrar al son de los emocionantes acordes de la marcha “Pompa y circunstancia”, de Edward Elgar.
La afición de Sir Edward Elgar era la química. Había adaptado un pequeño laboratorio en un galpón al final del patio, detrás de su casa. Uno de sus experimentos favoritos era hacer una pasta de fósforo que, al secarse, se encendía por combustión espontánea. Le encantaba untar un pedazo de papel secante y esperar la gran explosión.
Un día, a mitad del experimento, se le vino una buena idea para una composición musical y la fue a escribir antes de que se le olvidara. Metió la pasta en una lata, la tapó bien y la introdujo en un barril lleno de agua, pensando así asegurarla.
De pronto, Sir Edward escuchó un gran estallido seguido del sonido de agua que se derramaba. Corrió a su laboratorio, donde encontró aros torcidos y pedazos de barril por todos lados.
Afuera, los perros ladraban, se abrían ventanas y asomaban cabezas por ellas. Después de un momento, Sir Edward salió y caminó por la calle tan despreocupadamente como si nada hubiera sucedido.
-¿Escuchó ese ruido, señor? -le preguntó un vecino desde el portón de su casa- Parecía una explosión.
-Así es -admitió Sir Edward-, lo escuché. ¿Qué fue?
Sir Edward mantuvo el rostro serio y siguió su camino.
¿Fue honesto Sir Edward? ¿No hubiera sido mejor que le dijera a su vecino que la explosión había sido el resultado de su experimento con el fósforo? Al hacer creer a su vecino que en realidad nada malo ocurría en su casa, ¿no le estaba mintiendo?
Si alguien te pregunta “¿Cómo estás?” y le respondes: “¡Muy bien!”, cuando en realidad te sientes miserable, ¿estás siendo honesto?
Si Chely te dice: “¿Te gusta mi vestido nuevo?” y le respondes: “¡Es muy bonito!”, cuando en realidad estás pensando “¡Qué horrible combinación de colores!”, ¿eres honesto?
¿Es necesario que digas todo lo que sabes? ¿Será siempre necesario que digas exactamente lo que piensas?