LA ESPOSA DE PILATO
¿POR QUÉ DESPRECIAR A QUIEN DIOS ELIGIÓ?
Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. Mateo 27:19.
“¿De veras?”, “¿En serio?”, “¿Cómo se te ocurre…?”. Más de un instrumento de Dios ha sido burlado con comentarios como estos y otros mucho más crueles y ofensivos. Se escuchan cuchicheos: “Pero, ¡qué soberbia es!”, “¡Se cree mejor que…!”, “¡Qué atrevimiento el suyo!”, “¿De dónde salió esta tal por cuál?”, “¡Se cree más santa que yo!” ¡“Ya verá la lección que le voy a dar por meterse conmigo!”.
¿Has cuestionado la autoridad de alguien que se acercó a ti con un consejo bíblico? ¿Te preguntaste cómo es capaz de inmiscuirse en tu vida? ¿Piensas que no tiene derecho a “aconsejarte, exhortarte, reprenderte o corregirte” una persona humilde y sencilla, menor que tú, con menos títulos o poca experiencia cristiana?
Dios llama a personas humildes para recordarle a otra lo mucho que la ama, y que desea salvarla. Pero nadie puede salvarse si persiste en pecar con actitudes, hechos o palabras.
La niña sierva en casa de Naamán fue un instrumento de bendición para toda la familia de su amo y para toda Siria. El jovencito David fue despreciado y burlado aun por sus hermanos; pero demostró que la bendición de Jehová y la conducción del Espíritu Santo valen más que la estrategia y el mayor conocimiento humano. Su profunda confianza en Dios puso de manifiesto que la musculatura y la escuela militar eran incapaces para enfrentar el gran desafío. El poder de Dios desplegado gracias a la fe de un jovencito logró lo que no pudo mediante ningún soldado ni el rey Saúl. Más adelante, cuando el mismo David cayó en pecado, no rechazó ni despreció la advertencia divina por medio del profeta Natán. “Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás” (2 Samuel 12:13).
Quien habló a Pilato por medio del sueño de su mujer, puede hablarte como él prefiera. Dios escoge instrumentos. Óyelos. Si te escogiere a ti, no temas al desprecio; obedece. –RL