LA PRISIÓN DE MÁXIMA SEGURIDAD
“El ángel lo lanzó al abismo sin fondo y lo encerró con llave para que Satanás no pudiera engañar más a las naciones hasta que se cumplieran los mil años” (Apocalipsis 20:3, NTV).
Ya había escapado en una oportunidad, y sido colocado en cárcel de mayor seguridad. Esa noche, primero fue hasta la letrina y luego a la ducha, y finalmente a la cama. En un último recorrido dentro de la celda, se sentó en la cama, se quitó los zapatos; volvió a la ducha… y desapareció.
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, “el Chapo” Guzmán, es cabecilla de la organización internacional de narcotráfico “Alianza de Sangre”, o Cártel de Sinaloa. Después del arresto de Osiel Cárdenas, del Cártel del Golfo, Joaquín Guzmán pasó a ser el principal narcotraficante de México. En 1993, fue detenido en Ciudad de Guatemala y extraditado a México. Luego de ocho años, escapó de la prisión de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco.
Desde la muerte de Osama Bin Laden, se convirtió en el hombre más buscado del mundo. Forbes calculó su fortuna en mil millones de dólares. Asesino implacable, admitió haber matado entre dos mil y tres mil personas. Recapturado el 22 de febrero de 2014, fue alojado en el penal de máxima seguridad de El Altiplano, Almoloya, Estado de México, por sus antecedentes de fuga. Pero ese 11 de julio de 2015 escapó a través de un túnel de más de 1.500 metros, en una fuga digna de Hollywood; es el único recluso en lograr fugarse dos veces de un penal de máxima seguridad.
El originador del mal y del pecado en el universo despliega otro historial criminal… solo que la lista de sus asesinatos, muertes y dolor es infinita. Escapando de su condena en el cielo, se refugió en este mundo y lo convirtió en un lugar miserable para vivir. Con sus secuaces, transformó un mundo perfecto, pensado para la felicidad eterna del ser humano, en el único donde reina el dolor, la muerte y la tristeza; el “Alcatraz”, o la “Siberia”, del universo.
Pero la Biblia también enseña que, tras la segunda venida de Cristo, Satanás será arrojado en la prisión que él mismo ideó; este mundo destruido, sumido en la oscuridad que él mismo generó. Estará encadenado, pues no podrá tentar más al ser humano. A diferencia de “el Chapo” Guzmán, no logrará escapar. Aunque empleará su última oportunidad queriendo tomar la Nueva Jerusalén, finalmente recibirá la sentencia que merece y será destruido para siempre.
Recuerda que Satanás es un enemigo derrotado, pronto encarcelado y destinado a la destrucción. Cristo es el vencedor en este gran conflicto cósmico entre el bien y el mal, victorioso en la cruz. Hoy, acepta a Cristo y vive como vencedor con él