HACIA ADELANTE Y HACIA ARRIBA
“Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo lisiado de los pies. Tenía cinco años de edad cuando llegó de Jezreel la noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán, y su nodriza le tomó y huyó; y mientras iba huyendo apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era Mefi-boset” (2 Samuel 4:4).
El año 1997, la Organización Mundial de la Salud estableció el 11 de abril como el Día Mundial del Parkinson, con el objetivo de acrecentar la concientización sobre las necesidades de las personas aquejadas por esta dolencia. Se escogió esta fecha por coincidir con el nacimiento de James Parkinson, médico británico que describió por primera vez la “parálisis agitante”, término que él mismo empleó.
Si bien Mefi-boset no padecía de este mal, la rigidez muscular es una de sus afecciones motoras. Y este niño, por un descuido de su nodriza, no podía caminar. Lo más preciado para ella era ese niño. Era su trabajo y el objeto de su afecto. Pero no supo resguardarlo.
Como a ella, en reiteradas ocasiones, a nosotros se nos cae lo que más nos importa. Enfrascados y afanados por tantas preocupaciones, dejamos de lado lo verdaderamente trascendente. Huimos ante los inminentes peligros. Nos persiguen la ansiedad, la impaciencia, y un estilo de vida acelerado y tecnologizado. La huida apresurada afecta nuestro caminar y estorba nuestra reflexión. Cada día nos complicamos la vida… y nos complican la vida.
Y eso se aplica también a nuestra experiencia espiritual. Nadie mejor que Salomón para refrescarnos esta realidad. Luego de analizar y evaluar la conducta humana -y desde luego la suya-, concluyó: “He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos se buscaron muchas perversiones” (Ecl. 7:29). La versión Reina-Valera 2000 afirma que el hombre “se complicó con muchos artificios”. El plan original del Creador se basaba sobre la libertad y la felicidad de la raza humana. Él no quería que cayéramos en innecesarias distracciones. Una distracción es algo que afecta nuestra tracción.
Caminamos hacia el cielo y, en la sociedad actual, impera un stock muy seductor de dispersiones excitantes, evasiones livianas, entretenimientos vanos y atracciones poco constructivas, que intentan mantenernos entretenidos para que Satanás y su tropa nos estropeen. Hoy puede ser un día histórico. No des al enemigo esa oportunidad.
“Empezando en la mañana de la vida, gobernado por las leyes de la naturaleza y de Dios, el cristiano avanza progresivamente hacia adelante y hacia arriba, acercándose cada día más a su hogar celestial, donde lo espera una corona de vida y un nombre nuevo” (Elena de White, Mensajes para los jóvenes, p. 91).