Martes 10 de Octubre del 2017 – ENCIENDE LA LLAMA – Devoción matutina para Jóvenes

ENCIENDE LA LLAMA

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2 Pedro 1:19).

El 10 de octubre de 1964 fue un día histórico. En esa jornada, se realizó la ceremonia de apertura de los XVII Juegos Olímpicos celebrados en Tokio, Japón.

Estos juegos fueron muy especiales porque, por primera vez, se realizó una transmisión en color en directo, vía satélite para Norteamérica y Europa. Esta, también, fue la primera vez en utilizarse el recurso de la “cámara lenta” en las repeticiones; y además, aparecen las computadoras para registrar los tiempos exactos en las competencias.

Sin embargo, lo que más llamó la atención de estos juegos fue la ceremonia de encendido de la llama olímpica. El encargado de esta tarea fue el atleta Yoshinori Sakai, un joven de 19 años, nacido el 6 de agosto de 1945 en Hiroshima. ¡Sí! ¡Nació el mismo día en que la bomba atómica destruyó su ciudad!

De esta manera, Japón quería mostrar al mundo una lección: es posible resurgir de entre las cenizas; es posible la reconstrucción y la continuidad de la vida pese a la muerte. ¡Qué gran metáfora para nuestras vidas! No importa lo que te haya sucedido, en cuántas oportunidades te haya “bombardeado” el enemigo, ni cuántas veces te destruyeron; o si todo, al parecer, quedó en ruinas en tu vida. Nunca es tarde, y nunca estás tan lejos como para que Dios no pueda operar en ti la reconstrucción.

Tal vez te cuesta comenzar este día. ¿Por qué? Porque tal vez estás cargado de preocupaciones o ansiedades. Entonces, debes recordar a Yoshinori Sakai, el atleta que nació el día en el que todo fue destruido. Entonces, debes recordar tres palabras: “Enciende la llama”.

Hoy puede ser un día histórico, si dejas que tu vida se alumbre con la llama de la Palabra de Dios. Es la Palabra más segura que puedes encontrar. Es la Palabra que te ayudará a tomar decisiones, a saber cómo conducirte, a entender lo que sucede alrededor, a comprender el significado del perdón… Es la Palabra que te permitirá obtener esperanza en el dolor, paz en la aflicción y calma en las pruebas.

“La Palabra de Dios es luz y verdad: una lámpara para los pies y una antorcha para el sendero. Puede guiar cada paso del camino hasta la Ciudad de Dios” (Elena de White, La educación cristiana, p. 266).

Radio Adventista

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