Martes 1 de mayo – LA GRACIA SALVADORA DE CRISTO – Adultos

LA GRACIA SALVADORA DE CRISTO

«Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios» (Efesios 2: 8).

CRISTO ES EL MEDIADOR de todas las bendiciones para la humanidad: hace que salga el sol, envía la lluvia a su tiempo y mantiene nuestro planeta en su órbita. Por su gracia, vivimos, nos movemos y somos. El apóstol Pablo menciona que Dios el Padre es un Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo. Entonces, ¿qué es la gracia de Dios? Es un don del cielo que no merecemos pero que Dios nos regala por amor. Es un atributo de Dios que le da al hombre la oportunidad de vivir y de conocerlo. Es una actitud generosa de Dios hacia nosotros.

La vida cristiana está contenida en su totalidad en la gracia de Dios; misma que es abundante y suficiente para toda emergencia y necesidad. Es por eso que todo pecador tiene la oportunidad de acercarse y ser perdonado por Dios.

En Escocia, hubo una época en que escaseó el alimento. La gente no tenía qué comer, y los que más sufrían eran los pobres. Había una aldea en la que vivía una viuda que tenía varios hijos. El hijo mayor tenía dieciséis años y estaban sufriendo por el hambre. Aquel hijo mayor fue en busca de huevos de aves a las montañas escarpadas de Escocia. Llegó junto con otros amigos, amarró la soga a un árbol y bajó a treinta metros Sobre el filo del risco para buscar los nidos. Encontró suficientes como para llenar la mochila que llevaba. Cuando intentó subir, aparecieron cientos de aves a la defensa de sus huevos. Él trató de alejarlas pero no pudo. A causa de esa lucha, la soga estaba a punto de romperse; así que subió con mucho cuidado pero cuando estaba a punto de llegar, la soga se partió. Sin embargo, uno de sus amigos le lanzó otra soga, de la que se aferró y pudo salvar su vida. ¿Se salvó por casualidad? No, fue por la gracia y misericordia de su amigo. De la misma manera, la gracia no se obtiene por favores ni por esfuerzos humanos, ni por ser buena persona; sino únicamente porque a Dios le place salvarnos. Recibamos hoy la gracia que Dios nos ofrece.

Radio Adventista

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