LLENAS Y LISTAS PARA ESTAR FIRMES

“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes” (Efe. 6:11-13).

A veces cometo el desafortunado y crítico error de ir al supermercado con el estómago vacío. He descubierto que cuando voy a comprar sin estar satisfecha, tiendo a comprar más de lo que necesito. De repente todo se ve bien, ya sea algo saludable, como fruta fresca, o no saludable, como rosquillas. Actuando por impulso, inspirada por el apetito, echo mano de la fruta. Sin embargo, también lleno mi carrito con rosquillas, galletas y un trozo de pastel. Por supuesto, mi cuerpo puede prescindir de la comida basura, pero cuando tengo hambre, me acerco a ella sin darme cuenta.

Hace poco, hice un paralelismo con estas experiencias ocasionales de compra de comestibles con el estómago vado. Así como es importante para mi estómago llenarse con comida saludable antes de ir de compras, es vital para mi mente llenarse de la Palabra de Dios antes de empezar cada día. Entonces voy a confiar en él, y no en mí misma.

Cada vez que comienzo mi día con Dios en oración y estudiando la Biblia, me encuentro equipada en Jesucristo para hacer frente a las asechanzas del diablo. Estoy preparada para experimentar la victoria sobre las malas elecciones. Pero si comienzo mi día “vacía”, estoy más propensa a tomar malas elecciones en cualquier ámbito de mi vida.

Dios nos dice, en su Palabra, que nos vistamos toda su armadura para que podamos estar firmes contra las asechanzas del diablo. Una de esas “asechanzas” en mi vida es la alimentación. Existe una conexión entre la mente y el cuerpo respecto de la espiritualidad: cuando nuestros cuerpos tienen una nutrición adecuada, responden con una mente más clara y más abierta a la comunicación con Dios. Pero cuando nuestros cuerpos son alimentados de manera poco saludable, eso afecta nuestra claridad mental, lo que puede interferir en nuestra comunicación con Dios.

Sabiendo esto, resuelvo tomar decisiones saludables todos los días, comenzando con ceñirme la armadura de Dios pasando tiempo con él. ¿Y tú?

Alexis A. Goring