RODE
LA “LOCA”
Rode… cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. Y ellos le dijeron: Estás loca. Hechos 12:13-15.
Existen una variedad de definiciones de la locura. Unos dicen que es la expresión de las emociones en grado superlativo, otros dicen que es una acción imprudente o poco razonable que realiza una persona de manera temeraria.
Casi uno de cada cinco estadounidenses adultos sufre de alguna enfermedad mental, enfermedades que van desde la depresión hasta los trastornos bipolares o la esquizofrenia.¹ Entre los jóvenes de 12 y 17 años de edad, la depresión tiene una incidencia de 12,5 por ciento.²
¿Qué fue lo que hizo Rode para que la llamaran loca? Un poco de historia podría ayudar. La iglesia había estado orando por Pedro. Su suerte era obvia. Herodes ya había matado a Jacobo, hermano de Juan, y lo más probable era que Pedro, su nuevo prisionero, sufriría la misma suerte. “Pero la iglesia hacia sin cesar oración a Dios por él” (Hechos 12:5).
La noche en que había de ser sacado de prisión para su ejecución, dice la historia que un ángel del Señor se presentó, y después de despertar al apóstol, lo guió fuera de la prisión.
Al llegar a la casa de María, la madre de Juan Marcos, Pedro llamó a la puerta. Dice el relato que salió a abrirle una muchacha llamada Rode. Ella reconoció la voz del apóstol, y de gozo no abrió la puerta, sino que fue corriendo adentro y dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. “Y ellos le dijeron: estás loca” (vers. 15).
Si consideramos las definiciones arriba citadas, Rode no estaba enferma de la mente, más bien estaba eufórica. Un milagro realizado como respuesta divina a la oración ferviente puede parecer locura, pero lo imposible se hace realidad. Rode identificó la voz de Pedro cuando, supongo, la mayoría de los que oraban pensarían que Pedro ya estaría muerto.
¿Cómo oras tú? ¿Creyendo? Como Pablo, Rode o Jesús, podrás ser llamada loca, pero no importa. Dice el relato que “de gozo no abrió la puerta”. Te invito a experimentar hoy la euforia de Rode al creer en Aquel que nunca falla. –SS