Lunes 6 de Enero – Viejos – Devoción Matutina para Jóvenes

 «Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.» santos 1:6


Hace veinte años la vida era muy distinta. Si queríamos consultar un dato debemos ir a las enciclopedias. Esas colecciones de muchos tomos que mostraban el conocimiento como algo inalterable. Hoy solo hay que entrar en Wikipedia y tenemos el saber humano a nuestro alcance sin movernos del sitio. Si queríamos llegar a un lugar, consultamos un callejero o un mapa. Hoy solo tenemos que poner la dirección en nuestro teléfono y dejarnos llevar por esa vocecita que nos orienta de tanto en tanto. Si querías viajar, ibas a una agencia de viajes y contratabas un paquete. Hoy compramos los vuelos por Internet y reservamos hoteles desde el sillón de casa. Si quería contactar con alguien, tenías que llamarlo por teléfono (hasta sabíamos los números de memoria). Hoy ni siquiera hay que teclear, el teléfono reconoce tu voz y llama por ti.

Pero hay cosas que no son desechables, aunque esta sociedad lo pretende así. Aunque nos propongan como muy actuales los matrimonios alternativos, siguen siendo más estables las familias que siguen el modelo bíblico. Aunque nos proponga que cada uno debe ir a lo suyo, sigue siendo más gratificante ir a lo de los demás. Aunque nos proponga que la fe es cosa de abueletes, sigue siendo el mejor instrumento para vivir lo realmente relevante, lo trascendente. Aunque las virtudes se consideran pasadas de moda, sigue siendo necesaria la inocencia, la pureza, la responsabilidad, el compromiso y el respeto.

Mucha gente prefiere vivir de «buena onda» que «ondear la fe». La variación constante ha llevado a la superficie de lo superficial, apenas una onda sobre el agua. Una breve onda de la que no queda registro ni memoria. Y, por eso, los de «buena onda» tienden a ser camaleónicos por su anhelo de gustar. Si ahora gustar es hacer algo, se hace algo. Si luego gustar es otra cosa, se hace otra cosa. Que nuestra fe ondee implica, hoy, que podemos ser tildados de ideas viejas, pero es que los asuntos espirituales no son tecnología, no cambian. Nuestra naturaleza no ha cambiado y seguimos necesitando consejos, advertencias, orientación. Necesitamos arrodillarnos y pedir claridad, constancia y fe. Lo necesitamos de verdad.

Radio Adventista

View all contributions by