JACKIE ROBINSON
No te dejes llevar por la mayoría en su maldad. Cuando te llamen a testificar en un pleito, no te dejes influir por la multitud para torcer la justicia. Éxodo 23:2.
La vida para Jackie Robinson fue difícil, sobre todo en su adolescencia.
Su padre murió cuando era aún bebé y su madre tenía que trabajar arduamente para mantener a una familia numerosa. Al salir de la escuela, llegaba a casa y la encontraba vacía, no había nadie que lo recibiera; ni nada para comer. Dado que disponía de mucho tiempo libre, hizo lo que muchos jóvenes de la ciudad hacen: unirse a una pandilla, “La Pandilla de la Calle Pimienta”.
Los muchachos se divertían tirando fruta podrida a los automóviles que pasaban o nadando en la pileta de agua potable de la ciudad, donde había letreros que prohibían la natación. Los emocionaba huir de la policía, pero en más de una ocasión Jackie fue detenido.
Después de una entrevista con las autoridades, uno de los profesores de Jackie le pidió que se quedara un momento después de clases. Le puso una mano sobre el hombro y le dijo:
-Jackie, tú sabes en lo más profundo de tu corazón que no perteneces a la pandilla. La mayoría de los jóvenes están en las pandillas porque tienen miedo de ser diferentes, miedo de ser ellos mismos. ¿No es así?
-Bueno, creo que sí… -le respondió Jackie mientras se miraba los zapatos y evitaba mirar a los ojos a su profesor.
-Permíteme decirte algo, Jack. Solo un bobo de primera permitiría que otros lo obliguen a hacer lo que no quiere. Se necesita valentía para ser diferente, para pararte sobre tus propios pies.
-¿Y que te digan que eres una gallina, o cobarde?
-¿Y eso a quién le importa? No solo serás un chico mejor, sino además te evitarás problemas si resistes el mal y te despreocupas de que te llamen gallina.
Jackie pensó mucho en lo que le dijo su profesor. Tenía razón. Decidió no seguir haciendo lo que hacía la pandilla; quería ser alguien útil en su vida. Decidió ser un buen atleta, y se negó a seguir al montón en la práctica de fumar y tomar. Fue esa misma determinación de ser diferente la que le permitió a Jackie Robinson llegar a ser el primer negro que jugara béisbol en las ligas mayores.
¿Te atreves a ser diferente?