MÁS QUE VENCEDORES

 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37).

15 de noviembre de 1984, una beba recién nacida fue encontrada por una alumna de enfermería en una caja en la lavandería del internado de la Universidad Estatal de San Francisco, en los Estados Unidos.

Conocida en esa época como “Baby Jane Doe” la beba fue adoptada en marzo de 1985 y recibió el nombre de Jilian Sobol. El 27 de mayo de 2016, después de 31 años. Jilian se graduó en hotelería y turismo en la misma universidad en la que fue abandonada por una estudiante de 19 años que escondió su embarazo.

Jilian es un gran ejemplo de superación. La historia de esta mujer nos ayuda a recordar que, muchas veces, lo que parece ser el final, en realidad es un nuevo comienzo. Cuando la situación es crítica y sientes que llegaste a tu límite. Dios puede estar comenzando a escribir una nueva historia.

Por más que parezca difícil entenderlo, las crisis son simples oportunidades disfrazadas. Y nuestra actitud frente a ellas determina el resultado.

Donde algunos ven solo dificultades, otros son capaces de visualizar oportunidades. Mientras que algunos viven sufriendo por el pasado, en crisis con el presente y pesimistas en cuanto al futuro, otros exprimen los limones y hacen limonada; es decir, sacan provecho de lo que podría ser motivo de frustración y decepción.

Dios está al mando de la vida de quien cree en el evangelio. Él sabe lo que es mejor y, por su gracia, un día nuestras lágrimas se convertirán en sonrisas y nuestros sufrimientos en esperanza. La escuela de la adversidad nos hace más fuertes. De acuerdo con Horacio, esa adversidad “despierta en nosotros capacidades que, en circunstancias favorables, hubieran permanecido adormecidas”. Además, por medio de ellas, nos preparamos mejor para la obra del Señor. Sobre eso. Aiden W. Tozer dijo una vez: “Dios nunca usa a alguien de manera grandiosa hasta después de probarlo profundamente”.

No te entregues ni te desanimes ante los graves desafíos que impone vida. Confía en Dios y sigue hacia adelante sin miedo. Al pasar por los valles sombríos de la vida, podemos contar con la presencia consoladora de nuestro Pastor. Con él siempre somos más que vencedores.