AGUAS OCEÁNICAS OSCURAS
Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados. Hebreos 2:18, NVI.
No había vuelto a Key West, Florida, desde que era niño, así que estaba emocionado por regresar. Una de las cosas divertidas que experimenté mientras estaba allí fue un viaje a mar abierto en un gran catamarán. Compramos boletos y subimos al catamarán, que nos transportó por varios kilómetros mar adentro. Primero, fuimos a uno de los arrecifes más hermosos de los cayos. El coordinador del recorrido nos dio máscaras, esnórqueles y aletas para poder explorar el arrecife, pero esta vez fue un poco diferente. Mientras nos adentrábamos en mar abierto, el operador del recorrido nos informó que el lugar para practicar esnórquel era bueno, pero potencialmente peligroso.
Al llegar al lugar, procedió a señalar una zona a la distancia donde el color del agua era mucho más oscuro. El guía nos explicó que el agua más oscura era el borde de una profunda fosa oceánica. Nos dijo que podíamos nadar y explorar, pero no acercarnos a la fosa. Una fosa oceánica es un lugar donde el suelo del océano desciende bruscamente cientos o miles de metros [pies]. Nos advirtió que no cayéramos en la tentación de acercarnos demasiado.
A veces vemos algo que sabemos que es malo para nosotros, y en lugar de correr en la dirección opuesta, queremos ver cuánto podemos acercarnos sin que nos suceda nada malo. Una de las tácticas de Satanás es tentarnos con cosas que parecen buenas, pero son terriblemente destructivas. No caigas en la tentación, pues si lo haces, nada bueno saldrá de ello. Permanece lo más alejado de la tentación que puedas y pídele ayuda a Jesús. Nuestro texto bíblico de hoy nos recuerda que Jesús también fue tentado, así que él sabe lo difícil que es lidiar con la tentación, y ha prometido ayudarnos si confiamos en él.