Buscando vidas en lugares de muertos
«Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré, te sostendré con mi diestra victoriosa». Isaías 41: 10, NVI
AYER TE CONTÉ cómo Dios medio vida en los lugares de muertos. Hoy quiero contarte cómo Dios me ha enviado a buscar vidas en lugares de muertos. Un día un ministerio que se dedica a rescatar gente del mundo de las drogas llegó a mi iglesia. La programación me hizo preguntarme: «¿Qué estás haciendo por esas personas?». Una semana después, saliendo de la casa de un amigo, dando marcha hacia atrás en mi auto, se me acercó un joven drogadicto para pedirme dinero. Lamentablemente no tenía dinero para darle. Entonces él me pidió que lo llevara en mi carro a un sitio para no caminar. En ese momento escuché la voz de Dios diciendo: «Llévalo y háblale de mí».
Mientras lo llevaba le hablé de Cristo y de cómo Dios le podía ayudar con su problema. En esos momentos él sacó una pistola y me dijo: «Esto es un asalto». Entré en pánico, pero la misma voz que me había ordenado predicarle, me dijo: «No temas, porque yo estoy contigo». Así que continué hablándole de Cristo. Pedí dinero a un amigo y se lo entregué al joven, que me había pedido que lo llevara al punto de venta de drogas y luego a un último lugar; mientras tanto, yo le seguía hablando del poder de Dios. Él empezó a llorar y me dijo que deseaba un cambio en su vida.
El último lugar al que lo llevé era a su casa. Me permitió entrar y buscó una Biblia que leía todas las noches. La Biblia se me hizo muy familiar y le pregunté dónde la había conseguido. «Es de mi abuelita», me contestó: «¿A qué iglesia asiste tu abuelita?», pregunté. «A la Iglesia Adventista del Séptimo Día», fue su respuesta. ¡Qué sorpresa! Decidí abrir la Biblia y hablarle de la salvación, también le ofrecí llevarlo al programa de rehabilitación.
Cuando aceptas a Cristo en tu corazón, él te transforma y te envía a buscar vidas en lugares de muertos.
Hoy pídele a Dios que te dé la oportunidad de rescatar a un amigo, familiar o compañero de tu trabajo que esté en lugares de muertos.
Luis E. Guadalupe García
Puerto Rico