Lunes 24 de Agosto – Velad, porque está cerca – Devocional para Damas

«Habrá tanta maldad, que la mayoría dejará de tener amor hacia los demás. Pero el que siga firme hasta el fin, se salvará»(Mateo. 24:12-13).

Cuando Jesús habló de las señales que veremos en el mundo antes de su Segunda Venida, dijo, entre otras cosas, lo siguiente: «Habrá tanta maldad, que la mayoría dejará de tener amor hacia los demás. Pero el que siga firme hasta el fin, se salvará» (Mat. 24:12-13).

Las noticias de la maldad no dejan de publicarse diariamente en los periódicos. Recientemente, un joven mató a su madre en Madrid, España, la descuartizó y se comió partes de su cuerpo. También en esa misma ciudad, una mujer mató a sus dos padres, muy ancianos ya. En Bruselas, una mujer mató a sus cinco hijos, y muy lejos de allí, otra mujer de treinta y cuatro años ahogó a sus dos hijos. Cada año mueren miles de mujeres en el mundo asesinadas por sus parejas; y tampoco faltan las noticias de padres que maltratan a sus hijos; adultos que abusan sexualmente de niños; jóvenes que violan a muchachas en grupo; o adolescentes que asesinan o delinquen sin más motivo que grabarlo con el celular para colgarlo en las redes sociales. Si eso no es maldad, que me expliquen qué es.

«Después que hubo indicado las señales de su venida, Cristo dijo: “Cuando viereis hacerse estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. Mirad, velad y orad”. Dios advirtió siempre a los hombres los juicios que iban a caer sobre ellos. Los que tuvieron fe en su mensaje para su tiempo y actuaron de acuerdo con ella, en obediencia a sus mandamientos, escaparon a los juicios que cayeron sobre los desobedientes e incrédulos. Así también ahora hemos sido advertidos acerca de la segunda venida de Cristo y de la destrucción que ha de sobrecoger al mundo. Los que presten atención a la advertencia se salvarán. Por cuanto no sabemos la hora exacta de su venida, se nos ordena que velemos. “Bienaventurados aquellos siervos, a los cuales cuando el Señor viniere, hallare velando”. Los que velan esperando la venida de su Señor no aguardan en ociosa expectativa. […] Purifican sus almas obedeciendo la verdad. Con la vigilancia combinan el trabajo ferviente» (El Deseado de todas las gentes, cap. 69, pp. 603-604).

«Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre» (Luc. 21:36, RV60).

Radio Adventista

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