RESCATEMOS ALMAS ANTES DE QUE JESÚS FINALICE SU MINISTERIO
«Ve por los senderos y detrás de los arbustos y a cualquiera que veas, insístele que venga para que la casa esté llena». Lucas 4: 23, NTV
NO ES FÁCIL ser un cristiano, aprobado y guiado por Dios. El Señor me mostró a algunos que dicen profesar la verdad presente y cuya vida no está en armonía con lo que profesan. Tienen una norma de piedad por demás baja, y les falta mucho para tener la santidad de la Biblia. Algunos siguen una conducta vana e inconveniente, y otros ceden al engreimiento. No esperemos reinar con Cristo en la gloria si satisfacemos nuestro gusto, viviendo y obrando según el mundo, disfrutando de sus placeres y gozándonos en la compañía de los incrédulos.
Tenemos que participar aquí de los sufrimientos de Cristo, si queremos disfrutar su gloria. Si procuramos nuestros propios intereses y placeres en vez de agradara Dios y hacer prosperar su valiosa causa, deshonramos a Dios y a la santa causa que profesamos amar. Nos queda muy corto tiempo para trabajar en el servicio de Dios. Nada debe parecernos demasiado costoso para la salvación de la desgarrada grey de Jesús. Quienes pacten ahora con Dios por medio del sacrificio pronto serán reunidos en la patria celestial para recibir una rica recompensa y poseer el nuevo reino por siempre y para siempre.
Vivamos enteramente para el Señor, y demostremos por nuestra ordenada conducta y consagrada conversación que hemos estado con Jesús y somos sus humildes discípulos. Debemos trabajar mientras dure el día, porque cuando llegue la tenebrosa noche de tribulaciones y angustias, será demasiado tarde para trabajar por Dios. Jesús está en su santo templo y ahora aceptará nuestros sacrificios, nuestras oraciones y la confesión de nuestras faltas y pecados, y perdonará todas las transgresiones de Israel, a fin de que queden borradas antes de que él salga del santuario. Entonces los santos y justos seguirán siendo santos y justos, porque todos sus pecados habrán quedado borrados, y ellos recibirán el sello del Dios vivo; sin embargo, quienes sean injustos e impuros, seguirán siendo también injustos e impuros, porque ya no habrá en el santuario sacerdote que ofrezca ante el trono del Padre las oraciones, sacrificios y confesiones de ellos. Por lo tanto, lo que deba hacerse para salvar almas de la inminente tormenta de ira, ha de ser hecho antes de que Jesús salga del Lugar Santísimo del santuario celestial.- Primeros escritos, cap. 7, pp. 70-71.