Lunes 23 de Mayo – Evidencias – Devoción Matutina para Jóvenes

¡Tus obras, Señor, son innumerables! ¡Todas las hiciste con gran sabiduría! ¡La tierra está llena de tus criaturas! (Salmos 104: 24).

PARA ESE SÁBADO DE MAÑANA había preparado una predicación que mostraba algunas incongruencias de la teoría de la evolución y, a través de las Escrituras y en la naturaleza, era posible ver a Dios como Creador. Como el tema se prestó, a lo largo de la predicación varias personas levantaron sus manos para hacer preguntas. Minutos antes de terminar, un hermano de iglesia, que se había bautizado recientemente, preguntó con cierta duda: «¿Usted nos quiere decir, pastor, que todo lo que miramos en la televisión es mentira?».

Los cristianos parecen estar en desventaja cuando hablamos sobre los comienzos de la vida en la tierra. Pero actualmente, son los científicos evolucionistas, los que sienten que están en desventaja para dar respuesta a la cantidad de preguntas que la evolución no puede responder. Como no se puede sostener científicamente que la vida haya comenzado por sí sola, como en un principio creyeron los evolucionistas, se ha sugerido que la vida llegó del espacio exterior a través de un meteorito, un ovni o alguna otra forma.

A través de un libro por demás interesante, Thomas Heinze cuestiona a dónde conducen las actuales suposiciones evolucionistas sobre el comienzo de la vida, y lo exponen de la siguiente manera: «La vida necesita también un planeta que esté a la distancia adecuada de su sol , con la cantidad correcta de gravedad, la órbita y la velocidad de rotación apropiada, la atmósfera y temperatura adecuada, los elementos correctos […] Es abrumadora la evidencia que refuta que la vida se haya generado espontáneamente en la tierra. Por ello se inventó la teoría de que la vida principio en otro lugar, y muchos de los que no creen en un Creador se esfuerzan por hallar un planeta adecuado. ¿En qué clase de planeta cree que podría haber comenzado la vida? ¡La respuesta le parecerá increíble! ¡Están buscando un planeta similar a la Tierra!» (Respuestas a mis amigos evolucionistas: Cómo principió la vida , p. 129).

Quienes creemos y aceptamos el relato bíblico de la creación del Génesis, vemos en la naturaleza y en el mundo un sinnúmero de evidencias que confirman la existencia de un Dios Creador. Es reconfortante saber que estamos por voluntad de Alguien y no por un accidente cósmico. Sin lugar a duda, podemos exclamar junto al salmista: «¡Tus obras, Señor, son innumerables! ¡Todas las hiciste con gran sabiduría! ¡La tierra está llena de tus criaturas!» A lo largo de este día, alabemos a Dios por su mano creadora.

Radio Adventista

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