Lunes 2 de Noviembre – Llamados a ser felices – Devocion Matutina para Adultos

«Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre» (Salmo 5:11).

Sabemos que el mundo está tocado por la tristeza y que la depresión es el problema de salud mental más extendido. Pero aun en esta sociedad imperfecta, nuestro amante y compasivo Padre celestial ofrece suficientes motivos y razones para que preservemos el gozo y la alegría. ¡Cuánto pueden alentar las promesas bíblicas a los apesadumbrados! Textos como el versículo de hoy y otros muchos pasajes de las Escrituras tienen la facultad de ejercer un efecto terapéutico: «Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón y salva a los contritos de espíritu» (Salmos 34:18); «Se alegró por tanto mi corazón y se gozó mi alma» (Salmos 16:9); «En tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre» (vers. 11); «En él se alegrará nuestro corazón, porque en su santo nombre hemos confiado» (Salmos 33:21); «Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán» (Salmos 126:5); «Estas cosas os escribimos para que vuestro gozo sea completo» (1 Juan 1:4).

También la Biblia contiene muchos llamamientos al gozo: «Alegraos», «gozaos», «regocijaos», «llenaos de gozo»… El Señor nos llama a ser felices. Eso significa que si dirigimos nuestra atención a los pensamientos y acciones adecuados, podemos cambiar nuestro estado de ánimo. Recuerdo (J) la ocasión cuando viajábamos en familia y asistimos a una iglesia en la que nunca habíamos estado antes. Después del culto, nos invitaron a una comida fraternal. Nuestro hijo en edad preadolescente se quejaba porque no conocía a nadie y estaba aburrido. Mi esposa lo miró fijamente a los ojos y le dijo:

-Estar aburrido es una elección personal; escoge no aburrirte.

Al principio parecía perplejo, pero el mensaje debió calar, pues el resto de la tarde estuvo hablando con diversas personas y sin señales de aburrimiento. Un anciano de gran ascendiente en mi juventud siempre decía sonriente: «¡Un cristiano triste es un triste cristiano!».

Puede que te encuentres decaído anímicamente o incluso deprimido. Tal vez podrías beneficiarte de ayuda médica o psicológica. Pero en cualquier caso recuerda los muchos mensajes de gozo que Dios te envía a través de la Escritura y de tu propia experiencia. Escoge temas de pensamiento como la gratitud, el optimismo y la esperanza, pues te proporcionarán el mejor estado de ánimo. Repite hoy este versículo en diversas ocasiones: «Este es el día que hizo Jehová; ¡nos gozaremos y alegraremos en él!» (Salmos 118:24). Hazlo personal: «¡Me gozaré y me alegraré en él!».

Radio Adventista

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