Lunes 1º de Mayo del 2017 – SIN LUGAR PARA LOS HARAGANES – Matutina para Jóvenes

SIN LUGAR PARA LOS HARAGANES

“¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará” (Proverbios 22:29).

Parece una paradoja: hoy, 1° de mayo, se recuerda en todo el mundo el Día Internacional del Trabajo, y justamente en esta jornada… ¡no se trabaja!

Esta fecha se basa sobre el recuerdo de aquellos tristes hechos que ocurrieron el 4 de mayo de 1886 en la ciudad de Chicago, Estados Unidos, en medio de una serie de protestas de trabajadores (que había comenzado el 1o de mayo), para solicitar mejores condiciones laborales y reivindicar la jornada laboral de solo ocho horas.

Una bomba lanzada en contra de la policía en una manifestación pacífica provocó la detención de ocho trabajadores. Cinco de ellos fueron condenados a muerte.

En cierto sentido, cuando Dios creó este mundo, lo hizo pensando en nuestra felicidad y bienestar. Así, desde el Edén, Dios encomendó al hombre un trabajo. Génesis 2:15 da cuenta de esto: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase”. Entonces, vemos que el trabajo existe aún desde antes de la entrada del pecado en este mundo.

Luego, se produjo un estallido mortal. Tentación y caída mediante, el pecado entró en este mundo, y con él, el dolor y la amargura. El trabajo, que debía ser una fuente de dicha, se transformó en una ardua y pesada labor.

No obstante, gracias al trabajo no solamente podemos obtener dinero para vivir, sino también realizarnos como personas, ampliar nuestros horizontes, desarrollar nuestros dones y cumplir con la misión que Dios nos dejó.

Hoy puede ser un día histórico. Celébralo trabajando. Busca tu vocación. “Un hombre de éxito es aquel que hace lo que le gusta y logra que le paguen por eso”, dice una frase. Estudia y prepárate para ejercer esa vocación, y hazlo de la mejor manera.

Recuerda, además, que no trabajas para ti ni para tu jefe directo: trabajas para Dios. Estás en este mundo con un propósito divino. Esfuérzate, aspira a más, no te hundas en el valle de la mediocridad. No importa si tu trabajo sea tender una cama, limpiar los pisos, comprar una mercadería, vender un producto o dirigir una empresa.

“El trabajo manual útil es parte del plan del evangelio” (Elena de White, Consejos para los maestros, p. 280).

Radio Adventista

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