MUJER VIRTUOSA MUJER BIENAVENTURADA

Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas. Proverbios 31:28, 29.

¿A quién no le agrada el reconocimiento sincero? El elogio es una motivación para buscar mayores excelencias. Pero el elogio verdaderamente y leal es el de quienes viven con nosotras y nos conocen bien. Me refiero al reconocimiento de nuestro esposo y nuestros hijos, sobre todo por lo que hacemos cada día en favor de su bienestar físico, espiritual, emocional y material.

Casi todas las damas nos preocupamos por atender las necesidades materiales de nuestra familia: casa limpia y ordenada, alimentos saludables, ropa adecuada y limpia, cuidados especiales cuando están enfermos, y demás, pero ¿manifestamos el mismo empeño cuando se trata de su desarrollo emocional y espiritual?

Como madres, esposas o hijas, anhelamos el reconocimiento de nuestra familia. Quizá en el presente no lo oigamos, pero después del reconocimiento de nuestro Padre celestial, este es el que más debemos desear. Es probable que no nos lo digan en vida, porque nadie les enseñó. Por esa razón conviene enseñar a nuestros hijos pequeños a expresar reconocimiento y gratitud hacia otros, a fin de que crezcan con esta virtud.

Jesús no recibió mucho o nada de reconocimiento en vida; pero hoy, todos sabemos quién fue, valoramos su sacrificio en nuestro favor, y le damos reconocimiento y gratitud todos los días.

Hagamos todo lo posible por ejercer cada tarea sabiendo que recibiremos el reconocimiento y la alabanza de nuestra familia. Sobre todo, recordemos que cuando Jesús, nuestro amado Salvador, venga en las nubes de los cielos, nos dará no solo reconocimiento al decirnos: “Bien hecho, buena sierva y fiel”, sino que también pronunciará la recompensa: “Entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25:23). Anhelo de todo corazón poder escuchar esas palabras de parte de mi familia, pero más aún, ¡de mi Rey y Señor! –AC