PUERTAS ABIERTAS
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre […] con poder y gran gloria” (Mateo 24:30).
El uso de los cajeros electrónicos se ha hecho común en muchos países. Este recurso facilita la vida y le otorga agilidad a los procesos bancarios. En 1969, se inauguró el primer cajero electrónico del Chemical Bank, en Nueva York. Un mes antes de la fecha, el anuncio de inauguración era muy curioso: “El próximo 2 de septiembre, nuestro banco abrirá a las 9:00 y no cerrará nunca más”.
Una adaptación de ese mensaje podría aplicarse muy bien a nuestra esperanza. Esperamos el momento en el que se abrirán las puertas del cielo para nunca más cerrarse para los salvos.
Elena de White cuenta en detalle el momento en el que llegará el punto de partida para la eternidad. Vale la pena dejar que ella misma lo describa: “Pronto aparece en el este una pequeña nube negra, de un tamaño como la mitad de la palma de la mano. Es la nube que envuelve al Salvador y que a la distancia parece rodeada de oscuridad. El pueblo de Dios sabe que es la señal del Hijo del hombre. En silencio solemne la contemplan mientras va acercándose a la Tierra, volviéndose más luminosa y más gloriosa […]. Jesús marcha al frente como un gran conquistador…
“Ninguna pluma humana puede describir la escena, ni mente mortal alguna es capaz de concebir su esplendor […]. El cielo se recoge como un libro que se enrolla […]. Se oye el sonido de música, y cuando se acerca, se abren las tumbas y los muertos son levantados. […] Por toda la superficie de la tierra, los muertos oirán esa voz; y los que la oigan vivirán. Y toda la Tierra repercutirá bajo las pisadas de la multitud extraordinaria de todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos (Eventos de los últimos días, pp. 278, 280).
Este momento será emocionante. Cada vez está más cerca el día en el que “aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre” y las puertas de la eternidad se abrirán para no cerrarse nunca más. Mientras tanto, somos llamados a “esperar, velar, trabajar, orar y amonestar al mundo” (El evangelismo, p. 163).
Pronto, Jesús volverá. Prepárate para ese momento y divulga el mensaje de que la puerta de la gracia todavía está abierta. Quien pase por ella a tiempo tendrá libre y eterno acceso a las puertas del cielo.