Lunes 17 de Abril del 2017 – CAMBIOS TRAUMÁTICOS – Devoción matutina para la mujer

CAMBIOS TRAUMÁTICOS

“Yo, Jehová, no cambio” (Mal. 3:6).

Había trabajado como voluntaria en el hospital el jueves, y tenía que tocar el piano el sábado, de manera que el viernes, con mi mente repasando la lista de cosas por hacer, ful al supermercado. Allí cambió mi vida. ¿Por qué? ¡Porque salí de allí en ambulancia!

Después de mi caída, me dijeron que tendría que someterme a una operación de cadera; y tras la operación, vendría un período de rehabilitación. ¡Hablando de cambios! La intervención no salió bien, y en el horizonte se avecinaban más cambios, con otras cuatro operaciones para corregir las complicaciones surgidas durante la primera. Después de semanas en el centro médico, me di cuenta de que necesitaba mudarme a otro lugar que se acomodara a mis nuevos desafíos.

Con pesar, vi cómo las necesidades fruto de aquel “cambio” aumentaron la tensión en mi familia, que de por sí estaba bastante ocupada llevándome de un lado a otro. Poco a poco, fui aceptando la realidad de que manejar era algo impensable y, por tanto, ya no necesitaba el auto. Lo vendí, con tristeza. Ya no podría tocar el piano en la iglesia. Demasiados cambios en pocos días.

Durante mi recuperación, medité en algunos personajes de la Biblia, y me di cuenta de cuán traumáticos fueron los cambios que experimentaron en sus vidas. Abraham salió de su hogar sin saber cuál era el destino que Dios le tenía preparado. Los hermanos de José lo vendieron a comerciantes de esclavos. La belleza de Ester la llevó, de una vida común, a la de una reina. Rut dejó Moab para apoyar a Noemí. Una invasión babilónica transformó a un principesco Daniel en cautivo. La teología de Pablo y su vida cambiaron cuando conoció a Cristo. Y por supuesto, Jesús cambió su imagen divina en humana, para sufrir una dolorosa crucifixión.

Dios fue el elemento común en cada uno de esos cambios traumáticos. No solo sostuvo a esas personas durante los cambios que alteraron sus vidas, también utilizó el cambio para hacer más profunda su relación con la humanidad y llevar más lejos sus propósitos. ¡Cuánto agradezco a Dios que traiga paz y alivio a mi vida! Si se lo pides, hará lo mismo por ti ante cualquier cambio que estés experimentando.

Marilyn Petersen

Radio Adventista

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