Lunes 14 de Agosto del 2017 – MÁS DE LO QUE CREÍSTE POSIBLE – DM para la mujer

MÁS DE LO QUE CREÍSTE POSIBLE

“Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas” (Efe. 2:10).

Uno de los requisitos de mi escuela era que las muchachas tomaran clases de cocina y costura; y los muchachos, de marquetería. Aunque disfrutaba de la cocina, coser era otro tema. El proyecto de fin de curso era coser un vestido. Cuando todas las niñas estaban ocupadas haciendo sus vestidos, yo todavía estaba en la máquina de coser, tratando de coser una línea recta sobre papel marrón. Tampoco podía entender el patrón ni hacer que las mangas quedaran derechas. De alguna manera, terminé mi vestido. La maestra me aprobó; probablemente, por el esfuerzo que había puesto en el vestido… que nunca me gustó ni jamás usé. Coser no era mi don, ni me interesaba.

Aunque a menudo se espera que las esposas de pastor toquen algún instrumento y trabajen en el departamento de Niños, yo no toco ningún instrumento; pero sí me gusta trabajar con niños. También ser ayudante de mi esposo. Hace tiempo decidí no centrarme en lo que no puedo hacer, sino en lo que puedo hacer. Cierta vez, escuché esta historia: “Una fábrica de zapatos envió a dos hombres a África para estudiar si había alguna posibilidad de abrir una fábrica allí. Un hombre envió el siguiente mensaje: ‘Esto nunca funcionará, porque aquí nadie usa zapatos’. El segundo empleado envió un mensaje que decía: ‘Aquí hay grandes oportunidades, porque ¡nadie usa zapatos!’ ” Uno vio posibilidades donde el otro solo vio fracaso. ¿Qué ves tú?

Dios nos ha otorgado dones, pero muchas veces veo a mi alrededor mujeres que no están dispuestas a usar sus dones, porque se sienten inadecuadas o porque tienen baja autoestima. ¡Si tan solo pudiéramos depositar nuestra confianza en Dios y permitir que él nos guíe hacia todo lo que podemos hacer! Elena de White escribió: “Tan ciertamente como hay un lugar preparado para nosotros en las mansiones celestiales, hay un lugar designado en la tierra donde hemos de trabajar para Dios” (Palabras de vida del gran Maestro, p. 262).

¿Qué te gusta hacer? ¿Qué te da energía? ¿Hay algo que te apasione que puedas usar para Dios? ¿Alguien te ha mencionado algo en lo que eres muy buena? ¿Hacia dónde sientes que Dios te está guiando? Cuando hayas respondido a estas preguntas, pide a Dios que te guíe hacia aquello que puedes hacer por él y por los demás. ¡Comienza a ver las posibilidades!

Clair Sanches-Schutte

Radio Adventista

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