Lunes 13 de Julio – Lázaro Spallanani – Devocion Matutina para Jovenes

“Dios no es un hombre, por lo tanto, no miente. Él no es humano, por lo tanto, no cambia de parecer.” (Números 23:19).

Los escarabajos no tienen mamás ni papás -declaró Ross, un naturalista inglés, hace más de 200 años-. Surgen espontáneamente del estiércol de las vacas.

-El pelo de los caballos se convierte en lombrices -decían todos-. Los ratones se reproducen del barro y los gusanos de la carne.

“¿Cómo podrán ser ciertas estas cosas? -se preguntaba Spallanzani-, Todos los seres tienen que tener progenitores, aun las moscas y los diminutos ‘animalillos’ que observo a través del microscopio”.

Entonces leyó acerca del experimento realizado por un científico llamado Redi. Redi tomó dos frascos e introdujo un trozo de carne en cada uno de ellos. Tapó bien un frasco y el otro lo dejó destapado. Observó cómo las moscas eran atraídas, entraban y salían del frasco abierto, y se posaban en la carne. En unos cuantos días, había muchas moscas en este frasco. Se habían multiplicado a partir de los huevecillos puestos por las moscas hembras. Por otro lado, no había moscas en el frasco tapado. Por lo tanto, los otros científicos tendrían que reconocer que las moscas tienen progenitores.

“Ahora demostraré que los animalillos microscópicos también deben tenerlos”, decidió Spallanzani.

Puso sopa de frijoles (porotos) en un recipiente de vidrio fuertemente sellado y lo hirvió durante una hora. En otro recipiente, tapado normalmente con un corcho, puso más sopa y la hirvió por espacio de una hora. Después de varios días, observó por el microscopio una muestra de cada uno de los recipientes. No había vida presente en el recipiente bien sellado. En el otro frasco, se habían desarrollado muchos microbios. Mediante varios experimentos de esta naturaleza, pudo comprobar que los microbios provienen de otros microbios, igual que los gatos de otros gatos.

No sé si Spallanzani comprendía o no lo que hacía, pero sus experimentos demostraron que Dios no mintió cuando dijo que todas las criaturas de este mundo se reproducen según su especie. Eso es fácil de aceptar hoy, ya que fue comprobado científicamente hace muchos años. Pero 200 años atrás, cuando imperaba la ignorancia y la superstición, era sumamente difícil de creer. Para ellos, Dios no sabía lo que decía.

Todavía hay partes de la Biblia y del Espíritu de Profecía que son difíciles de relacionar con nuestra comprensión actual de la vida. Es en este punto que se necesita fe para creer en Dios. Algún día todo será revelado, puesto que Dios no miente.

Radio Adventista

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