Lunes 12 de Junio del 2017 – INOCENTE… TREINTA AÑOS DESPUÉS – Matutina para Jóvenes

INOCENTE… TREINTA AÑOS DESPUÉS

“Él ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado la verdad, porque en él no hay verdad” (Juan 8:44, NTV).

El 12 de junio de 2012, la jueza dictaminaba que un dingo (perro Salvaje, subespecie de lobo y autóctono de Australia) había causado la muerte de Azaria Chamberlain. Lindy Chamberlain y su esposo, el pastor adventista Michael Chamberlain, acampaban con sus tres hijos en Uluru, en el desierto australiano, en agosto de 1980. En la noche, Lindy colocó a Azaria, de tres meses de edad, en una cuna en la tienda de campaña, y regresó con los demás para cocinar al aire libre.

Poco después, testigos escucharon gruñidos y a un bebé llorando, y Lindy corrió a la tienda y vio cómo su hijita era tomada por un dingo. Desde la muerte de Azaria en 1980, hubo 27 ataques de dingos a humanos en Australia, tres de ellos fatales. Antes de este episodio, esto era desconocido.

Este hecho dividió a Australia: algunos estuvieron en contra de Lindy, acusándola de asesinar a su bebé, incluso como sacrificio en un ritual religioso (el hecho de ser adventista fue objeto de prejuicios y duras acusaciones). Así, en 1982, Lindy fue sentenciada a cadena perpetua por asesinato, y su esposo fue acusado de complicidad posterior, con sentencia suspendida.

Cuatro años después, se encontraron prendas de vestir de la pequeña en terreno de dingos, Lindy Chamberlain fue absuelta de cargos, dado que su culpabilidad no podía demostrarse más allá de toda duda razonable. Después de esto, los Chamberlain siguieron insistiendo en la justicia para lograr una resolución definitiva. Finalmente, luego de treinta años, un juez dictaminó oficialmente que la beba había sido matada por un dingo, reivindicando la versión de la madre y pidiendo disculpas en nombre de la justicia australiana por no haber hecho justicia.

El caso fue tan famoso que se escribieron libros al respecto y, en 1988, se filmó una película titulada “Un grito en la oscuridad”, en la que Meryl Streep interpretó a Lindy Chamberlain, y fue nominada al Oscar por esa actuación.

Más allá de la curiosidad macabra de algunos, la cuestión en juego fue la condena injusta de alguien inocente. Es inimaginable lo que debió ser para una madre que todos creyeran que ella misma había asesinado a su hijita de nueve semanas. Pero Dios puede comprenderlo muy bien: él mismo es acusado por Satanás de no desear la felicidad de sus criaturas. Es presentado ante el universo como un ser despótico y antojadizo, que juega con la felicidad de sus criaturas. Muy pronto, empero, el verdadero carácter de Dios quedará totalmente esclarecido ante el universo. Satanás se mostrará tal como es, y todos absolutamente reconocerán que Dios es amor. Hoy haz lo que puedas para mostrar a otros el verdadero carácter amoroso de Dios.

Radio Adventista

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