DESEOS CUMPLIDOS
«Ama al Señor con ternura, y él cumplirá tus deseos más profundos». Salmo 37: 4
CUANDO APENAS ERA UNA ADOLESCENTE, tenía el gran anhelo de viajar a otro país, de llegar a ser una enfermera y aprender otro idioma. Sin embargo había varios obstáculos que hacían que mi sueño pareciera imposible de alcanzar, especialmente el hecho de que mi familia era muy pobre y no teníamos los recursos para que yo pudiera ir a una universidad en otro país.
Un día iba caminando y contándole a Dios mi sueño, y él me guió a nuestro versículo para hoy. Cuando lo leí pensé: «¿Y eso es todo? ¿Solamente tengo que amar a Dios y él cumplirá mis sueños?». En ese momento decidí reclamar esa promesa y puse manos a la obra. Cada día pasaba tiempo hablando con Dios, estudiando su Palabra y hablando a otros de su gran amor. Decidí amar a Dios con todo mi corazón y confiar en él.
Para mantener mi sueño vivo empecé a repartir literatura cristiana en el aeropuerto de mi país. Me aseguraba de que cada pasajero llevara una revista que le hablara de Dios. Mientras hacía esta obra, miraba a través de las grandes ventanas del aeropuerto a los aviones que despegaban hacia diferentes partes del mundo. En mi corazón yo le decía a Dios: «Recuerda que yo quiero ir a otro país a estudiar y aprender otro idioma».
Cuando me gradué de la secundaria Dios medio el privilegio de viajar a Panamá a colportar, y así se cumplió mi primer sueño. Mientras trabajaba en Panamá, Dios medio el privilegio de conocer a un pastor misionero que me animó a ir a estudiar a Jamaica para aprender inglés. De manera providencial, Dios me permitió llegar a la universidad adventista de Jamaica donde pude estudiar enfermería y aprender a hablar otro idioma. Así Dios cumplió mis sueños.
El Señor me demostró que para él no hay nada imposible. Aunque parezca que hay obstáculos en nuestro camino que nos impidan alcanzar nuestros sueños, siempre debemos recordar que, si amamos a Dios de todo corazón, él se encargará personalmente de ayudarnos a cumplir nuestros más profundos deseos.
¿Cuál es tu sueño? ¿Ya se lo contaste a Dios?
Zoraida Powell
Colombia