Lunes 10 de Junio – LA AMADA DESHONRADA – 1 – Devocional para Damas

DINA

LA AMADA DESHONRADA – 1

Dina, la hija que Lea había dado a Jacob, salió a ver las hijas del país. Génesis 34:1 (RV00).

Sabemos muy poco acerca de Dina, la hija de Jacob con Lea. Nació en medio de las tensiones entre Lea y su hermana Raquel, la esposa preferida de Jacob. La trampa que le tendió Jacob a su hermano y el engaño de Labán al casar a Jacob con ambas hijas, todo ello forma el trasfondo de artimañas en el que creció esta niña.

A Dina le dieron un nombre que refleja la actitud envidiosa de su madre hacia Raquel. Cada vez que le nacía un hijo, Lea se lo echaba en cara a su hermana. Y cuando Dina nació pareció decirle: “¿No ves? Ya le di seis hijos y una hija a nuestro esposo, porque Dios me está haciendo justicia”. Precisamente el nombre “Dina” significa “justicia” o, más bien, “la vengada” (ver Génesis 30:14-20).

La niña llega a la adolescencia en el tiempo en que Jacob se ha afincado en Siquem, y la encontramos cometiendo un error que tendrá resultados transcendentes no solo para ella sino para el pueblo de Dios. El texto nos presenta la situación de forma tan escueta que pareciera no tener mayor importancia: “Dina… salió a ver las hijas del país” (Génesis 34:1, RV00). Dina había oído las advertencias de su padre a sus hijos respecto a no asociarse con los habitantes de Canaán, pero tal vez por curiosidad salió de la seguridad de su hogar para conocer un poco su nuevo ambiente. En su comentario sobre esta decisión de Dina, Elena G. de White concluye, diciendo: “El que busca su placer entre los que no temen a Dios se coloca en el terreno de Satanás, y provoca sus tentaciones” –PP, 203.

Lea se descuidó y Dina salió a ver lo que hacían las muchachas de su edad. Y lo que vio era excitante. Vio también a un joven apuesto que resultó ser un príncipe, un príncipe pagano, y cayó en sus redes.

Si eres una jovencita, cuídate de las diversiones malsanas, de hacer amistad con chicas y chicos incrédulos en cuyas vidas el pecado es común. Aléjate de ellos. Si eres madre de una adolescente, aconseja a tu hija y protégela del mundo; elijan lo que la iglesia ofrece: programas juveniles, escuelas y campamentos adventistas. —LMG

Radio Adventista

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