FANNY CROSBY

“COMPRADO CON SANGRE POR CRISTO”

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:20.

En algún momento de nuestra vida debemos responder a esta importante pregunta: ¿Quién soy? Fanny Crosby también tuvo que responderla. Desde niña Fanny no reaccionaba bien cuando la gente sentía lástima de ella por su ceguera. Se negaba a ser definida por su discapacidad física. Dedicó miles de horas a leer, escribir y componer para demostrarles a los demás que era una hija de Dios como cualquier otra persona.

A veces la gente tiende a etiquetarnos de acuerdo a nuestros defectos, a un error que cometimos, a lo que hicieron nuestros padres, y así llegamos a ser conocidas como “la divorciada”, “la que tiene el problema en la cadera”, “la que nunca terminó la carrera de Medicina”, y un largo etcétera. Hay gente que a través de estos calificativos responde a la pregunta, “¿Quién soy?”, desde la mirada del fracaso, del error, de la discapacidad.

Fanny Crosby es un modelo de mujer valiente que se negó a ser conocida como “la ciega”. Invirtió miles de horas leyendo la Biblia, memorizó libros enteros y escribió cientos de himnos porque consideraba que era una hija de Dios, y quería ser considerada como tal por la sociedad en la que vivía.

Uno de los himnos que más énfasis hace en la identidad de Fanny como mujer cristiana y discípula de Jesús es “Comprado con sangre por Cristo”:

Comprado con sangre por Cristo, / gozoso al cielo ya voy; /

librado por gracia infinita, / cual hijo en su casa estoy. /

Por él, por él / comprado con sangre yo soy; / con él, con él, /

con Cristo al cielo yo voy (HASD, #296).

No permitas que nadie te defina por un error o un defecto. Nadie es perfecto, pero Dios nos declara justificados a través del sacrificio de su Hijo Jesús. Lo que hizo Jesús en esa cruz nos da valor como personas, y declara quiénes somos: ¡somos más que vencedores por medio de Jesús, que nos amó! –AP